27/02/2024

Economía

Alerta entre la clase media y los jubilados: Usar ahorros para pagar deudas

Javier Milei celebró que la sociedad deba "desahorrar" para "llegar a fin de mes". Infierno cotidiano: "Vendo dólares para vivir". Pobreza hacia el 60% e indicadores en caída libre; la Argentina, en terapia intensiva.

El presidente Javier Milei no mentía cuando aseguró que la clase media y los jubilados "venden dólares para llegar a fin de mes" - lejos de ello, lo celebró como una victoria de su plan económico que en dos meses y medio de despliegue logró cosechar una inflación acumulada cercana al 50%, una retracción del 30% en la actividad de diversos rubros de la industria y, principalmente, un fenómeno "inédito" que actores sociales, económicos y políticos comparan con la crisis de inicios de siglo: "Mucha gente vendiendo dólares y poca gente comprando".

Es que en las últimas semanas la crisis ha forzado a la ciudadanía a inevitablemente optar por vender las divisas guardadas bajo el colchón para hacer frente a un panorama de costos que solo incrementan. El "desahorro", sin que aún hayan hecho mella del todo subas inminentes como las cuotas escolares, las tarifas, el transporte y las prepagas, es la estrategia escogida por las familias para sortear los gastos cotidianos y estructurales del hogar. Mientras tanto, el dólar se mantiene en calma, pero parece agazapado, dicen los expertos, a la espera del infierno de marzo.


El tweet de Milei, testamento de un plan económico en marcha.

"Vendo dólares para vivir"

"Todavía no me recuperé de las vacaciones, las fiestas y otros gastos que tuvimos entre fines y comienzos de año. Y esos extras que antes piloteaba con premios y aguinaldo los tuve que cubrir vendiendo dólares", cuenta Estefanía a Página/12. Su relato se condice con el de tantos otros representantes de una clase media asediada por los aumentos, la quita de subsidios y el achicamiento del gasto público obrado desde el ministerio de Economía que conduce Luis Caputo. Viviana coincide: "Literalmente vendo estos dólares para vivir, me quedé sin trabajo porque cerraron un programa estatal que tenía 40 años".

No hay más opciones: para la clase media y los jubilados, toca reducir gastos y quemar los "verdes" del cajón, otrora reservados para gastos extraordinarios, vacaciones o fiestas, tan solo para llegar a fin de mes. Viviana "reza para que salga algún trabajo freelance" y se bajará de la prepaga, al igual que como lo hizo su novio, en cuanto "termine un tratamiento médico". Ernesto, otro entrevistado, debe vender los dólares ya que "el valor del alquiler se duplicó, el seguro del auto pasó de $30.000 a $48.000, y la patente, de $13.000 a casi $40.000" en los últimos meses. "Me quedé sin plata", se lamenta.

La dirigencia política lo sabe y lo festeja, como lo comprueba el polémico tweet cálidamente compartido por Milei en su perfil de X días atrás, donde parece blanquear el objetivo del ajuste económico. "Por el apretón monetario, inflación y recesión, ahorristas venden dólares para 'llegar a fin de mes'", lee un artículo periodístico de El Economista difundido por el propio presidente, donde seafirma que las 'cuevas' de cambio están plagadas de (¿ex?) miembros de la clase media y alta que luchan por deshacerse de la divisa extranjera: "No hay compradores, sino que todos son vendedores".


Aquello que adversarios políticos no tan alejados del cuadro liberal libertario definieron como un "pymecidio y destrucción de la clase media" no es sino reivindicado por la ortodoxa figura que ocupa el sillón de Rivadavia, aunque apenas se mueve de Olivos. Había salido de una reunión con la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI) Gita Gopinath cuando aseguró, en diálogo con TN, que "el problema es que no hay plata". "¿A los jubilados los vas a ajustar?", le consultaron a continuación; y retrucó que "todos los argentinos se empobrecieron".

En eso tiene razón. De acuerdo con un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza habrá engullido al 60% de la población argentina para marzo. Por ahora, el nivel se mantiene en un nada desdeñable 57,4%, lo que representa a más de 27 millones de personas que con sus ingresos familiares mensuales no llegan a cubrir la Canasta Básica Total (CBT) familiar. La indigencia, en tanto, se ubica en torno al 15%. La sociedad argentina está en terapia intensiva y con pronóstico grave: "En febrero/marzo va a ser el estallido de la pobreza".


Oscuro pronóstico del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.

Números abstractos, consecuencias tangibles

Tal como apunta el presidente al sostener que en la administración pública "donde toques, sale pus", la sociedad "donde mire, ve aumentos". Todavía no han impactado de lleno las subas en las tarifas, el sistema de salud, las cuotas escolares y el transporte -para los expertos, "el año comienza en marzo"-, pero las consecuencias de la primera etapa del ajuste y liberación de precios ya son tangibles; y, para peor, en el horizonte se avizora el abismo, hasta que la situación "toque fondo" a mediados de año, como indicó Milei, y alegadamente "rebote".

Mientras tanto, están en caída libre las ventas minoristas, que disminuyeron un 28,5% interanual (Confederación Argentina de la Mediana Empresa, CAME); la venta de insumos para la construcción, que se retrajo un 29,2% interanual (Índice Construya); los patentamientos de autos, que bajaron un 33% y otro 16,7% en la producción (Adefa); la morosidad de los adherentes a planes de ahorro para comprar vehículos, que se desplomó un 10% solo entre enero y diciembre; las ventas de planes de automotrices, que retrocedieron un 15% interanual en enero y otro 25% interanual en febrero; y la lista sigue. "Desde la crisis del 2002 no veíamos una situación así", señalaron a El Ciudadano los empresarios.

Irónicamente, en el mundo cambiario poco ha cambiado, al menos en lo que a divisas paralelas concierne, si bien los especialistas advierten que el "blue" abandonará su "veranito" de quietud pronto. En ese ambiente, debido a su trabajo, Aldana vende dólares mensualmente desde hace ya algunos años. Su testimonio actúa como termómetro de este momento de "desahorro": "Este mes, por primera vez, me pasó que no encontré compradores informales. La gente no tiene resto para ahorrar, a nadie le sobra. Nos pasa como le pasa al país, no tenemos plata".

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