21/09/2024
La reducción del caudal de agua es la más baja en lo que va del año y la segunda peor que se registra desde 1970.
El bajo nivel del Río Paraná está provocando una notable escasez de surubíes, y los pescadores de este famoso curso de agua en Argentina llevan meses manifestando su preocupación por la situación. En particular, los residentes del barrio San Pedro Pescador, quienes dependen de esta actividad para subsistir, se ven gravemente afectados. La falta de carnada y la baja cantidad de capturas han dejado a estas comunidades con una economía frágil, lo que complica aún más su día a día.
Los pescadores apenas logran capturar algunos bagres amarillos usando espineles, lo que cubre únicamente el consumo interno de estas pequeñas localidades. Sin embargo, son las especies comerciales, como el surubí, las que les permiten acceder a otros alimentos esenciales, ropa para sus familias, y cubrir los gastos cotidianos.
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Actualmente, los pescadores capturan uno o dos surubíes por semana, con un peso aproximado de 10 kilos, y los acopiadores les pagan alrededor de $10.000 por kilo. Estos peces pueden llegar a venderse a consumidores finales por hasta $12.000 por kilo.
El dorado, por su parte, tiene un precio algo inferior, rondando entre los $8000 y $10.000 por kilo. Para aumentar sus probabilidades de éxito, muchos pescadores deberían desplazarse más de 20 kilómetros río abajo.
Poco pique. La bajante del Río Paraná influye en la escasez de surubíes.
El más reciente informe hidrométrico emitido por el Instituto Nacional del Agua (INA) señala que el nivel del Paraná ha caído a apenas 0,61 metros en el Puerto de Rosario, lo que representa una baja de seis centímetros en comparación con el Puerto de Barranqueras.
Este escenario representa la mayor bajante del río en lo que va del año. El nivel más alto se registró el 9 de mayo, con una altura de 4,4 metros. Desde principios de septiembre, se observan niveles bajos en la sección argentina del Paraná, en parte debido a precipitaciones inferiores a lo habitual.
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En enero de 2023, el Paraná alcanzó mínimos históricos, y los niveles de la primera semana de septiembre han sido los segundos más bajos desde 1970, según datos del Instituto Nacional del Agua (INA).
Las proyecciones indican que esta situación se mantendrá durante los próximos 30 días, con pequeñas fluctuaciones ocasionadas por el ciclo operativo de la represa de Yacyretá, aunque su impacto será poco significativo, especialmente en áreas como Rosario y el Delta.
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