La guerra abierta con el Gobierno pone en peligro las elecciones en la AFA

La tensión entre el gobierno de Javier Milei y el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio "Chiqui" Tapia, alcanzará un punto crítico hoy, con la posible suspensión de la asamblea convocada para el 17 de octubre. En esta reunión, Tapia buscaba ser proclamado reelecto, pero las autoridades nacionales se preparan para anunciar su suspensión, lo que colocará al dirigente de Barracas en un dilema: acatar o desobedecer la autoridad de aplicación.

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La controversia no solo gira en torno al rechazo del Gobierno a que se anticipe un año el proceso electoral, sino que también se vincula a la resistencia de Tapia frente a la implementación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un modelo promovido por Milei que busca abrir el ingreso de capitales privados a los clubes.

El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien supervisa la Inspección General de Justicia (IGJ), ha sido claro al respecto. Criticó la interpretación que hizo la AFA sobre el fallo del juez Ricardo Pettis, quien rechazó la semana pasada una medida cautelar que impediría la suspensión de la asamblea. "La AFA está dando manotazos de ahogado porque saben que lo que están haciendo no está permitido", declaró el ministro.

A pesar de las advertencias, desde la AFA se había asegurado que la asamblea, programada para las 16 horas en el predio Lionel Andrés Messi, se llevaría a cabo "sí o sí", independientemente de cualquier decisión de la IGJ.

Si la IGJ decide prohibir la asamblea y Tapia insiste en realizarla, tanto él como los asambleístas podrían enfrentar serias consecuencias legales. Según el artículo 239 del Código Penal, desobedecer a un funcionario en el ejercicio de sus funciones podría acarrear penas de prisión de hasta un año. Además, otros miembros del Comité Ejecutivo de la AFA podrían ser acusados de actuar en contravención a la ley, con penas que oscilan entre seis meses y dos años.

En caso de que la IGJ frene la elección anticipada, la AFA tendría la opción de apelar ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, aunque esta presentación debe hacerse ante la IGJ y no tendría efecto suspensivo. Esto significa que la prohibición de la asamblea permanecería vigente durante el tiempo que dure el trámite.

La posibilidad de que Tapia desafíe una decisión adversa de la IGJ al llevar a cabo la elección podría colocarle en una situación de alto riesgo, incluso abriendo la puerta a una intervención gubernamental en la AFA, algo que, aunque improbable, no se descarta por completo.

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El desenlace de esta disputa tiene el potencial de transformar el panorama del fútbol argentino y podría marcar un cambio significativo en la relación entre el Gobierno y la AFA, en un conflicto que va más allá de la política deportiva. La atención está puesta en la decisión que se tomará hoy, que podría definir el futuro de la administración de Tapia y el rumbo del fútbol argentino en su conjunto.