05/11/2024
El año parlamentario termina el 30 de noviembre y es improbable que se logre culminar el debate del proyecto de ley. Se podrían extender todo diciembre las sesiones ordinarias, pero el oficialismo quedaría expuesto a que se discutan iniciativas de la oposición.
A medida que se acerca el cierre del año legislativo, que está previsto para el 30 de noviembre, el Congreso de la Nación enfrenta un panorama incierto en torno a la discusión y aprobación del Presupuesto 2025. La situación se complica por un viaje de los legisladores a los Estados Unidos, lo que ha demorado el avance de las negociaciones clave para la sanción de la ley más importante para la gestión del Gobierno en el próximo año.
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Los legisladores que se encuentran en territorio norteamericano están a la espera de los resultados de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, un factor que también podría influir en los tiempos de la agenda legislativa argentina. "Pasamos todas las negociaciones para la semana que viene", señaló una fuente cercana al Congreso.
La complejidad de los tiempos parlamentarios
Aunque no se prevé que haya dictamen en lo que resta de la semana, el bloque de La Libertad Avanza, encabezado por Javier Milei, mantiene firme su postura y no tiene intención de ceder en su hoja de ruta original. Este jueves, el ministro de Salud, Mario Iván Lugones, se presentará ante la Comisión de Presupuesto, lo que marca el inicio de una serie de reuniones clave de cara al 2025.
En paralelo, el oficialismo y los sectores opositores que mantienen una postura dialoguista están evaluando la posibilidad de emitir un dictamen el 19 de noviembre, es decir, solo un día antes del cierre de las sesiones ordinarias. Sin embargo, este cronograma presenta varios desafíos logísticos. Aunque el reglamento de Diputados permite que el proyecto se lleve al recinto en el mismo día en que se emite el dictamen, la Cámara de Diputados no tendría tiempo material para que el Senado lo debata adecuadamente, ya que se requiere un período mínimo de 14 días para que el proyecto pase por las comisiones y se trate en el pleno de la Cámara Alta.
El año parlamentario termina el 30 de noviembre y es improbable que se logre culminar el debate del proyecto de ley. Se podrían extender todo diciembre las sesiones ordinarias, pero el oficialismo quedaría expuesto a que se discutan iniciativas de la oposición.
¿Extensión del período ordinario o sesiones extraordinarias?
Ante la presión de los tiempos, el Gobierno baraja varias opciones. Una de ellas consiste en extender el período de sesiones ordinarias hasta el 20 de diciembre, lo que permitiría completar el tratamiento del presupuesto. Sin embargo, esta posibilidad está lejos de ser ideal para el oficialismo, ya que la oposición podría aprovechar la extensión para imponer su propio temario, incluyendo proyectos como la modificación de la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
Este proyecto de ley, que ya fue dictaminado por la oposición, busca limitar el poder del Ejecutivo en cuanto a la emisión de DNU, estableciendo que si una de las dos cámaras rechaza un decreto, este pierde automáticamente su validez. Además, el proyecto incluye un plazo de 90 días para que el Congreso trate cualquier DNU, o de lo contrario, el decreto quedaría sin efecto.
La vía de las sesiones extraordinarias: más control para el Ejecutivo
En vista de los riesgos que implicaría una prórroga de las sesiones ordinarias, el oficialismo también está evaluando la convocatoria a sesiones extraordinarias. Esta opción le daría al Gobierno la posibilidad de establecer el temario a tratar sin la intervención de la oposición. Si el proyecto del presupuesto no fuera aprobado antes del 20 de noviembre, el oficialismo tendría tiempo hasta marzo de 2025 para llevar el proyecto al Congreso, evitando así que la oposición pueda obstruirlo en el corto plazo.
Además, en el contexto de las sesiones extraordinarias, el Gobierno podría avanzar con otros proyectos clave de su agenda, como la privatización de Aerolíneas Argentinas o la Ley Hojarasca, que también se encuentran en la mira del Ejecutivo. La estrategia de convocar a sesiones extraordinarias, si bien podría garantizar que los proyectos del Gobierno no enfrenten grandes obstáculos, también aumentaría la tensión política con los bloques opositores, quienes ya han dejado en claro su intención de debatir estos temas.
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Un fin de año legislativo incierto
En resumen, el Congreso se enfrenta a una encrucijada. Con el cierre de las sesiones ordinarias a la vuelta de la esquina y el panorama político cargado de incertidumbre, el Ejecutivo se encuentra evaluando distintas alternativas para garantizar la aprobación del presupuesto y otros proyectos claves, mientras que la oposición juega sus cartas en una legislatura cada vez más fragmentada.
El desafío para el oficialismo será no solo asegurar los votos necesarios para aprobar el Presupuesto 2025, sino también evitar que la oposición imponga su propia agenda, especialmente en un contexto de gran polarización política. Lo que suceda en las próximas semanas podría definir el rumbo de la política económica argentina para el próximo año.
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