Salió de terapia intensiva la única sobreviviente del derrumbe en Villa Gesell

María Josefa Bonazza, conocida como "Pelusa", salió este miércoles de la unidad de terapia intensiva tras varios días de internación debido a una descompensación. La mujer de 79 años, única sobreviviente del devastador derrumbe ocurrido en Villa Gesell, continúa su recuperación en el centro médico de Balcarce, a donde fue trasladada la semana pasada tras el accidente.

El trágico suceso, ocurrido en la madrugada del 29 de octubre en el hotel Dubrovnik, dejó ocho víctimas fatales, entre ellas su esposo Federico César Ciocchini, con quien había compartido casi cinco décadas de vida. El matrimonio había viajado desde Balcarce a la playa, alojándose en un edificio cercano al apart hotel que colapsó sin previo aviso.

Josefa recordó con dolor los últimos momentos junto a su esposo, de 84 años, antes de que la tragedia se desatara. "Tesoro, fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar", fueron las últimas palabras que le dirigió. En medio del caos y el polvo, ella trataba de tranquilizarse mientras notaba que su marido ya no respondía. "En los primeros minutos le pedí que no se moviera", relató con la voz quebrada.

Tras el colapso, Josefa fue rápidamente rescatada y llevada al Hospital Interzonal de Mar del Plata, desde donde posteriormente fue trasladada a Balcarce, su ciudad natal. Aunque su salud ha mejorado, los médicos han decidido que siga siendo tratada en el servicio de clínica médica hasta su completa recuperación.

A pesar del dolor, Josefa intenta encontrar consuelo. "Por suerte pude mantener la calma, a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido. Sentí que fue instantáneo, me queda el consuelo de que no debe haber sufrido mucho", reflexionó con voz firme, mientras recordaba con cariño los 48 años de felicidad junto a Federico.

Federico César Ciocchini, además de ser un hombre de familia, era hijo de Cleto Ciocchini, un destacado pintor y escultor que marcó la historia artística de Mar del Plata en la primera mitad del siglo XX. La tragedia del derrumbe no solo marcó un adiós para Maria Josefa, sino también para el legado de una familia vinculada a las artes.

María Josefa sigue adelante, enfrentando las secuelas de la tragedia, pero con la fortaleza de quien ha vivido una vida plena y que, a pesar de la inmensa pérdida, encuentra la paz en los recuerdos de los momentos compartidos con su amado esposo.