Presa de regulación del Arroyo Pergamino: Proyecto detenido por errores administrativos y promesas incumplidas

En el corazón de la provincia de Buenos Aires, donde la infraestructura y las obras públicas suelen ser puntos críticos de debate, se encuentra uno de los proyectos más emblemáticos y frustrados de la región: la Presa de Regulación del Arroyo Pergamino. Esta obra, de vital importancia para mitigar las recurrentes inundaciones en la zona, ha sido protagonista de una serie de retrasos y desacuerdos que, hasta la fecha, impiden su avance, a pesar de las promesas oficiales y el financiamiento internacional asignado.

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El proyecto fue licitado y adjudicado en 2018 a la empresa Decavial S.A., con el financiamiento de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Según los responsables del municipio, la presa debía ser la obra hidráulica más significativa en la historia de Pergamino, cuyo desarrollo evitaría las graves inundaciones que afectan a la población. Sin embargo, seis años después de la adjudicación, la construcción sigue sin comenzar.

El reciente reconocimiento de la presidenta del Partido Justicialista de Pergamino, Silvia Viera, encendió nuevamente las alarmas sobre la falta de avances. Viera reconoció públicamente que los fondos destinados para la presa se redirigieron a otros proyectos, una situación que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, calificó como un "desvío de fondos". "No sé si fue un desvío de fondos o si se tomaron créditos para otras obras, pero lo cierto es que había una obra licitada, adjudicada y contratada, y no se avanzó", expresó Martínez en una entrevista.

Desde agosto de 2018 se espera el inicio de la construcción de una represa. La disputa entre el municipio y la provincia y "la herencia recibida".

El funcionario también detalló que, pese a que se pagó un anticipo a la empresa, y que incluso en 2022 hubo un simulacro de la obra con la presencia del entonces gobernador Axel Kicillof, nada se concretó. "Nos dijeron que la obra arrancaba el 1 de octubre de 2022, pero nunca ocurrió", subrayó Martínez, añadiendo que las explicaciones del gobierno provincial son prácticamente inexistentes.

Por su parte, el gobierno provincial ha señalado que la obra fue heredada en condiciones problemáticas. Aunque el proyecto había sido licitado y adjudicado durante la gestión de María Eugenia Vidal, nunca se gestionaron los permisos necesarios para intervenir en los terrenos privados donde debía construirse la presa. El proceso expropiatorio de estos terrenos no se había iniciado al momento de la licitación, lo que resultó en un bloqueo administrativo que demoró la ejecución de la obra.

El gobierno de Axel Kicillof, que asumió en 2019, heredó una obra adjudicada pero con problemas legales que impidieron su ejecución. La falta de permisos y la no gestión de los trámites expropiatorios provocaron una demora de más de tres años en los trabajos, algo que se agravó por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, una vez superada la crisis sanitaria, el gobierno provincial retomó los trámites expropiatorios y logró la posesión de la mayoría de los terrenos afectados.

A pesar de estos avances, la empresa contratista nunca cumplió con la entrega del proyecto ejecutivo ni con el plan de trabajos actualizado. En 2023, ante la inactividad y el incumplimiento, el ministerio de Infraestructura de la provincia decidió rescindir el contrato unilateralmente, tras constatar que Decavial S.A. enfrentaba graves problemas financieros que la habían llevado a abandonar la obra. Aunque la empresa solicitó reprogramar los plazos debido a la inflación y la crisis económica, no devolvió el anticipo recibido, lo que culminó en la rescisión definitiva del contrato.

Con la rescisión del contrato, el gobierno provincial se encontró con un dilema: no perder el financiamiento del BID, ya que el crédito original estaba vinculado a un plazo específico, incompatible con las dilaciones del proyecto. Ante esta situación, se decidió redirigir los fondos hacia otras obras, mientras se buscaban alternativas de financiamiento para retomar la construcción de la presa.

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Fuentes oficiales de la Secretaría de Infraestructura de la provincia han confirmado que actualmente están en conversaciones con organismos internacionales para asegurar nuevos créditos que permitan relanzar el proyecto. Sin embargo, las promesas de una nueva licitación no han generado gran confianza en la comunidad local, que ya ha visto demasiadas veces el ciclo de anuncios incumplidos.

El intendente Martínez fue claro al respecto: "Me llamó Katopodis para decirme que la obra se incluiría en el presupuesto de este año, pero ya no les creo nada". Las dudas sobre la capacidad del gobierno provincial para superar los errores administrativos previos y asegurar una solución definitiva para la presa persisten en Pergamino, un municipio que sigue esperando una respuesta ante una necesidad urgente.

La historia de la Presa de Regulación del Arroyo Pergamino es, en muchos sentidos, una radiografía de los problemas estructurales en la gestión pública: licitaciones mal gestionadas, trámites expropiatorios olvidados, incumplimientos empresariales y promesas políticas que se desvanecen en el tiempo. Mientras tanto, la población de Pergamino sigue padeciendo las consecuencias de la falta de una infraestructura hidráulica adecuada, que podría haber evitado muchos de los problemas de inundaciones que azotan la región.

La reciente intervención del gobierno provincial en la gestión de esta obra parece ser solo el primer paso en un largo camino de corrección de errores, pero los vecinos de Pergamino y las autoridades locales exigen respuestas concretas y una fecha cierta de inicio de la obra, que aún parece estar muy lejana.