Caso Mariano Moreno: "Si esa noche me iba con él, la que terminaba muerta era yo"

El primero de enero del 2019 un llamado al 911 alertó acerca de un incendio en un domicilio de Haedo. Tras acabar con las llamas, los bomberos se encontraron con el cuerpo de un hombre apuñalado. Era Mariano Moreno (40) quien dejó como último mensaje "Hija de p..., te voy a arruinar la vida".

El mensaje estaba dirigido a su esposa Marisol, con quien había discutido horas antes en la casa de su hermano a pocas cuadras de ahí.

La noticia inundó los medios. Se comprobó que las lesiones eran autoinfligidas, es decir que se las había realizado él mismo con una cuchilla que encontraron en la escena, aunque terminó muriendo asfixiado por el monóxido de carbono que inhaló durante el incendio que él mismo provocó.

Entonces una nueva pesadilla comenzó para Marisol Varela y sus hijos. La explotación de la noticia llevó a muchos periodistas a elaborar hipótesis tales como "la inducción al suicidio a la que lo había llevado su esposa"; otros decían que la habían visto entrar en la casa momentos antes y luego salir cuando se originó el incendio.

Pero se comprobó que nada de esto fue cierto y así lo determinó el equipo de profesionales que intervinieron en la causa en la UFI 6 de Morón.

De hecho, la historia podría haber terminado muy diferente si Marisol, como hacía cada vez que Mariano se enojaba, lo hubiera seguido.

"Esa noche, estábamos festejando, se me acerca y me tira champagne en la cara" recuerda Marisol acerca de esa última vez "`que tengas un excelente año nuevo' me dice en un tono raro. Y la segunda vez que me tira champagne en la cara lo ve mi familia y lo echan".

Durante mucho tiempo, Marisol soportó las agresiones de Mariano. Lo que al principio naturalizó como actos de una persona celosa se fue convirtiendo en un tormento.

Y todo empeoró cuando a Moreno una abogada le sugirió pedir una licencia psiquiátrica para que lo despidieran de su trabajo y pudiera así cobrar una indemnización.

"A partir de ahí estaba todo el tiempo en casa y lo de los celos fue peor. Me llevaba ropa para cambiarme arriba del auto. Llegó a clonarme el celular. Me escondía las llaves".

Hasta que un día, pese al miedo, Marisol le dijo que quería separarse y le consiguió un trabajo. Le propuso que cuando cobrara el primer sueldo se fuera a otra casa, porque en la que vivían era de ella.

La noche del 31 Mariano dijo que quería quedarse sólo y ella le dijo que lo pasaran juntos por los chicos.

Como pasaba habitualmente, si Marisol comenzaba a bailar o se alejaba un poco de él, Mariano hacía una escena y se enojaba.

A diferencia de otras veces ella no lo siguió. Se quedó con su familia luego de que lo echaran.

Poco después, escucharon la sirena de los bomberos.

"Me llama una vecina y me dice 'se está prendiendo fuego tu casa'. Veo los mensajes y tenía uno de él que decía 'Hija de p.., te voy a arruinar la vida'. Lo empiezo a llamar y no me atiende" recuerda Marisol.

Y si bien, en algún punto sintió alivio, tras más de una década de acoso, de violencia, fue recién después de cinco años que ella cayó en una profunda depresión por todo lo que había pasado. Se había mantenido fuerte por sus hijos, quienes también fueron víctimas de las acusaciones que tuvo que soportar con la mediatización de su caso.

"Mis hijos sufrieron mucho con todo lo que se dijo. Perdí todo. Tuve que empezar de cero. Aunque hubo mucha gente que me ayudó, que me acercaban cosas".

Pero noto todos fueron igual de comprensivos, hasta los propios compañeros de clase de su hija menor le hablaban al respecto y la trataban con mucha crueldad acerca de la muerte de su padre, cosa que su mamá trató de preservar todo lo que pudo.