26/03/2025
El Gobierno dio marcha atrás y postergó por 90 días el permiso para ingresar carne con hueso a la Patagonia, una resolución buscaba que el precio del producto en la región baje drásticamente; pero que iba a pulverizar el negocio de los ganaderos patagónicos. El llamado de alerta de los gobernadores de la región hicieron retroceder a Nación, que se movilizó de manera inconsulta y con estripe unitario, una actitud que caracteriza a la gestión de Javier Milei.
El
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) publicó este
martes por la mañana una resolución que eliminaba la prohibición de 23 años
para el ingreso de carne vacuna con hueso a la región patagónica desde el resto
del país. Pero tras el rechazo de
productores ganaderos, la medida fue postergada por 90 días. Los sureños vieron
amenazada la categoría de región libre de aftosa sin vacunación -además de la
desventaja que produciría en términos logísticos y costos estructurales- y las
críticas expresadas por los gobiernos provinciales hicieron mella en la Ciudad
de Buenos Aires, donde se tomó la decisión.
En concreto, la medida
cambiaba las condiciones sanitarias para el ingreso de carnes con y sin hueso
desde zonas libres de aftosa con vacunación hacia regiones sin vacunación. La
fiebre aftosa es una enfermedad viral que afecta a los animales de pezuña
hendida, como los bovinos, ovinos, caprinos y porcinos. Uno de los objetivos
del levantamiento de la barrera sanitaria era reducir el precio de la carne con
hueso, que en la Patagonia maneja valores hasta un 100% superiores a los del
centro y norte del país.
Desde el Gobierno
especulaban con que la llegada de carne con hueso desde frigoríficos del norte
aumentaría la oferta y reduciría los costos para los consumidores. Sin embargo,
la experiencia con la carne sin hueso, que ya pasaba sin problemas, refleja que
los precios en la Patagonia siguen muy por arriba del promedio nacional. Lo
cierto es que la decisión del Senasa impactaría gravemente al modelo de
producción ganadera patagónica basada en la demanda interna protegida.
La prohibición original
se fijó en 2001 tras un rebrote de la fiebre aftosa en Argentina, lo cual llevó
a una regionalización del país en zonas con y sin vacunación. La Patagonia fue
declarada zona libre de aftosa sin vacunación, lo que le permitió exportar
carne a países que exigen esta condición.
La contrapartida de
esta doble vara fue el desabastecimiento y precios más altos en el mercado
interno. En síntesis: no hay suficiente carne con hueso para satisfacer la
demanda local.
A raíz de la noticia publicada en el Boletín Oficial, los ganaderos patagónicos hirvieron ante la chance de perder su estatus sanitario y los beneficios comerciales adquiridos. La eliminación de la prohibición también permite el ingreso de carne desde el exterior, lo que podría aumentar la competencia en el mercado local.
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La
presión de los gobernadores
Apenas se dio a conocer
la suspensión de la medida por 90 días, el gobernador de Neuquén, Rolando
Figueroa, expresó en la red social X: "En diálogo con el ministro de Economía,
Luis Caputo, y el secretario de Ganadería, Juan Pazo, hemos acordado la
suspensión por 90 días de las medidas adoptadas a través del Senasa para el
ingreso de carne con hueso desde las zonas libres de fiebre aftosa con vacunación
hacia las regiones del país donde no se aplica dicha vacunación.
Durante
este periodo, estableceremos una mesa de trabajo con los gobernadores de la
Patagonia bajo tres preceptos fundamentales: trabajar junto a los productores
para potenciar las economías regionales, establecer normas específicas que
salvaguarden la sanidad y el estatus sanitario, y lograr coherencia en el
establecimiento de precios para que los consumidores no sean los principales
perjudicados". Según comentó una fuente sectorial a El Destape, la medida no
será suspendida por 90 días, sino que no se esperan movimientos hasta después
de las elecciones legislativas.
Por su parte, el
ministro de la Producción de Santa Cruz, Gustavo Martínez, disparó contra el
gobierno nacional porque "pone en riesgo a la producción local" y por eso
permanecen en "alerta y totalmente en contra de la misma", al tiempo
que mantienen "comunicación con los ministros de la Producción de las
diferentes provincias de la Patagonia, sosteniendo la defensa de la región en
contra de esta resolución que no beneficia más que a un resto de productores
que, seguramente, deben ser amigos o cercanos al poder, y por un negocio
chiquito van a perjudicarnos a todos".
Entre
los principales beneficiarios de la medida figuran los frigoríficos de la
provincia de La Pampa, que están habilitados para comercializar carne bovina
con tránsito federal y exportación. La marcha atrás evidencia la ausencia de
federalismo y la notable ambición de tensionar con las provincias desde el
gobierno central. Con una imagen cada vez más debilitada en Casa Rosada, los
gobernadores demostraron su poder de fuego de cara a las elecciones.
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