27/03/2025

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Trump apunta a recortar fondos de GAVI, poniendo en riesgo la salud global

Trump recortará el apoyo a la vacunación en países en desarrollo.

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El Gobierno de Donald Trump ha decidido recortar fondos destinados a GAVI, una organización clave en la salud mundial que trabaja para garantizar el acceso a vacunas en los países en desarrollo, según informó este jueves 27 de marzo de 2025 The New York Times. Esta medida, que forma parte de una reestructuración más amplia de la ayuda internacional estadounidense, amenaza con debilitar décadas de esfuerzos para combatir las enfermedades infecciosas y proyectar a Estados Unidos como un líder humanitario en el escenario global.
Desde su fundación en el año 2000, GAVI ha desempeñado un rol fundamental en la inmunización de poblaciones vulnerables. La organización ha vacunado a más de 1.100 millones de niños en 78 países, logrando evitar, según sus cálculos, más de 18,8 millones de muertes futuras. Su labor ha sido esencial para reducir la mortalidad infantil y controlar brotes de enfermedades prevenibles en regiones donde los sistemas de salud son frágiles. Sin embargo, la Administración Trump parece dispuesta a dar un paso atrás en este compromiso, priorizando lo que considera alineado con sus intereses internos sobre la cooperación internacional.
La decisión quedó plasmada en una hoja de cálculo de 281 páginas enviada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) al Congreso el pasado lunes por la noche, según detalla The New York Times. Este extenso documento enumera los programas de ayuda internacional que serán eliminados o preservados bajo la nueva política de la Casa Blanca. El recorte a GAVI se destaca como uno de los puntos más controvertidos, dado el impacto directo que podría tener en millones de vidas en el mundo en desarrollo.

Trump recortará el apoyo a la vacunación en países en desarrollo.
En su artículo, The New York Times califica esta movida como una "retirada de extraordinaria magnitud" de un esfuerzo sostenido durante más de medio siglo para posicionar a Estados Unidos como un "aliado compasivo" ante los países en desarrollo. El diario subraya que la medida no solo afecta a GAVI, sino que simboliza un abandono del liderazgo estadounidense en la lucha contra las enfermedades infecciosas, responsables de millones de muertes anuales. "Es un cambio radical que podría redefinir cómo el mundo percibe a este país", advierte el texto, señalando las implicancias geopolíticas y humanitarias de la decisión.
Un portavoz del Departamento de Estado salió a defender la medida, confirmando la precisión de las terminaciones listadas en el documento. Según sus declaraciones, cada adjudicación suprimida fue evaluada de manera individual para determinar su compatibilidad con las prioridades de la agencia y de la Administración Trump. "Las terminaciones se ejecutaron cuando el secretario (Marco Rubio) consideró que la adjudicación no estaba alineada con el interés nacional o las prioridades políticas de la agencia", explicó el portavoz, citado por The New York Times. Esta explicación refleja un enfoque más nacionalista y menos multilateral en la política exterior del segundo mandato de Trump.
El recorte a GAVI no es un caso aislado, sino parte de una estrategia más amplia que busca redirigir los recursos de USAID hacia objetivos definidos por la Casa Blanca. La hoja de cálculo de 281 páginas revela cómo programas que históricamente contaron con apoyo bipartidista en el Congreso están siendo desmantelados, lo que podría dejar a los países en desarrollo sin herramientas esenciales para enfrentar crisis sanitarias. Expertos en salud global han alertado que la reducción de fondos a GAVI podría interrumpir campañas de vacunación críticas, aumentando el riesgo de rebrotes de enfermedades como la polio o el sarampión.
La dependencia de GAVI de las contribuciones de países ricos, como Estados Unidos, hace que este recorte sea particularmente preocupante. Sin el respaldo financiero esperado, la organización podría verse obligada a reducir su alcance, afectando a millones de niños que dependen de sus programas. "Estamos ante un retroceso que podría costar vidas", señaló un especialista en salud pública consultado por The New York Times, quien pidió no ser identificado.
El Congreso, que recibió el documento esta semana, aún tiene la oportunidad de reaccionar. Legisladores demócratas ya han manifestado su oposición, argumentando que el recorte a GAVI socava el prestigio de Estados Unidos como líder en salud global. Sin embargo, con una mayoría republicana consolidada tras las últimas elecciones, la capacidad de bloquear estas medidas podría ser limitada. "Es una decisión que prioriza la política interna sobre la responsabilidad global", criticó un senador demócrata en declaraciones al diario.
Mientras el mundo enfrenta desafíos sanitarios persistentes, el recorte a GAVI pone en evidencia las tensiones entre el aislacionismo impulsado por Donald Trump y las expectativas de cooperación internacional. La medida no solo amenaza la salud de millones en el mundo en desarrollo, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del liderazgo estadounidense en un área donde históricamente marcó la diferencia. Con el Congreso como próximo campo de batalla, el destino de estos fondos y de las vidas que dependen de ellos sigue en suspenso.

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