06/04/2025

País

Barriadas: la mayoría de los jóvenes pierde la esperanza de salir de la pobreza

Un informe revela que la mayoría de los jóvenes de barrios populares del AMBA no cree tener futuro. El 57% de los jóvenes entre 19 y 24 años no ha terminado el secundario, debido a factores como el trabajo temprano y el consumo de drogas.

El 40% de los jóvenes de barrios populares no cree tener futuro

Un informe del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y el think tank FUNDAR dio a conocer cifras alarmantes sobre las perspectivas de los jóvenes de barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El estudio titulado 'La narrativa rota del ascenso social' reveló que el 40% de los jóvenes encuestados no cree poder salir de la pobreza, mientras que otro 20% considera que sus posibilidades son mínimas. Este diagnóstico pone de manifiesto la profunda desconfianza de los jóvenes respecto a su futuro.

El estudio se realizó con una muestra de 600 jóvenes de entre 16 y 24 años, quienes compartieron sus experiencias en un contexto marcado por dificultades sociales y económicas. El 100% de los encuestados expresó un claro pesimismo acerca de sus perspectivas, lo que refleja la grave falta de oportunidades que sienten tener.

Un entorno familiar y educativo complejo

Los datos sobre el entorno familiar y educativo de estos jóvenes también son preocupantes. El 43% de los hogares de los barrios populares son sostenidos económicamente por las madres, muchas veces en condiciones precarias. Un 30% de los hogares son monoparentales, y la mayoría de los jóvenes asegura que sus familias no cuentan con herramientas básicas para acompañar la crianza y la educación.

En cuanto a la educación, aunque el 90% de los jóvenes expresó el deseo de terminar el secundario, solo el 57% de los jóvenes entre 19 y 24 años lo logró. Entre las principales razones para no haber alcanzado este objetivo se destacan la necesidad de trabajar desde jóvenes (76%), el consumo de drogas y el desencanto con la escuela. De hecho, el 56% asocia la escuela con la violencia, mientras que más de la mitad se queja de la suspensión frecuente de clases.

Las drogas como un problema estructural

El estudio también reveló una alarmante relación entre los jóvenes y el consumo de drogas. El 50% de los encuestados aseguró haber consumido alguna sustancia, y un 43% indicó conocer a alguien en su entorno cercano que vende drogas. El inicio del consumo se da, en promedio, entre los 13 y 14 años, aunque algunos jóvenes mencionaron haber comenzado a consumir a los 9 o 10 años.

El barrio se presenta como el principal espacio de socialización, pero también como un lugar riesgoso. Los dealers ofrecen pagar con dinero o con droga, lo que agrava aún más la situación. A pesar de esto, las iglesias y los centros comunitarios aparecen como los únicos espacios valorados por los jóvenes como agentes de cambio en sus vidas, ofreciendo apoyo y contención en medio de las dificultades.

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El pesimismo del futuro: 'Solo un milagro puede cambiar mi destino'

Lo más impactante del estudio es cómo los jóvenes se refieren a sus perspectivas de futuro. Muchos de ellos mencionan que solo un 'milagro' o un 'golpe de suerte' podría sacarlos de la situación en la que se encuentran. Esta visión de sus vidas, que parece estar más allá de su control, refleja la distancia abismal entre sus sueños y las posibilidades reales de alcanzar una mejor calidad de vida.

El informe concluye que, trágicamente, cuando se crece en condiciones de tanta adversidad, la esperanza en el esfuerzo y la superación se desvanece, y esperar que todo dependa de un golpe de suerte parece lo más razonable.

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