17/04/2025
Por
Matías Frati
Sin los controles de cambio y con la necesidad de mirar las columnas del balance financiero muy de cerca, la Argentina entró en una fase económica y política que requiere de mucha precisión y timming en tiempo de decisiones importantes.
La idea de una "nueva convertibilidad" aflora en la cabeza de muchos argentinos. Especialmente de aquellos que ya vivieron la década de los años noventa, y tienen recuerdos de cómo fueron esos tiempos en materia económica.
El Gobierno dio un paso audaz e importante en la última semana. Primero, con el anuncio de salida del cepo cambiario tras lograr el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, segundo, tras verificar que, con la chance de comprar divisas de manera abierta, las reservas del Banco Central de la República Argentina no se vieron afectadas.
Hubo un elemento que fue clave y es "todo mérito del Gobierno": la cantidad de pesos en la plaza no es suficiente para alimentar la hoguera de la corrida. Y eso se debe, en parte, a la decisión de dejar de imprimir pesos adoptada el año pasado.
Más razones
Claro que no lo único, porque hay otros factores que coadyuvan a este resultado inicial de la salida del cepo sin escape de la gente a refugiarse en el dólar, como hubiera ocurrido hace unos años atrás si se lo intentase. De hecho, Mauricio Macri lo hizo y no lo pudo sostener.
Uno de esos factores es que, con menos pesos en poder de la gente, tampoco hay tantas chances de que las necesidades de las personas estén todas cubiertas. Ergo, entre comprar milanesas para cenar o dólares para ahorrar, el común de las personas se inclina por la primera de las conductas. Porque todavía falta mucho para una recomposición social en serio en la Argentina.
Otro de los factores que también es importante para esta primera semana de dólar liberado es el blanqueo de capitales que se viene realizando desde el último trimestre del año pasado. Si bien no parece haber sido determinante a la hora de contabilizar las reservas, que hayan entrado más de treinta mil millones de dólares al BCRA es un dato fundamental para que esas remesas pudieran servir para el fortalecimiento técnico de la entidad monetaria. Entonces, ¿Qué hubiera ocurrido sin esos recursos? Mejor no saberlo.
Y, finalmente, el ultimo elemento a la vista es una sumatoria abstracta de expectativas y confianza de la gente, apalancada más por la necesidad de darle entidad a alguien que está cumpliendo con lo que prometió, y se aferra a esa tabla de salvación en medio del océano como si fuera la única posibilidad de llegar a la orilla con chances de sobrevivir.
Para muchos, Javier Milei y sus políticas de gobierno son eso, la última esperanza de ver una Argentina ordenada, productiva y con oportunidades para mejorar de cara al futuro.
Nuevo esquema
Con el dólar en la banda de flotación que va de $ 1.000 a $ 1.400 como la fijó el Gobierno, los primeros síntomas fueron de reflejo, con un mercado que se lanzó a la compra y llevó el precio libre desde $ 1.100 que estaba hasta $ 1.260 del lunes en la mañana. Desde ahí, todo fue hacia abajo, para terminar el miércoles -último día hábil bancario- en $ 1.180 por cada dólar.
Lo que hay que decir, también, es que aun esa punta más alta de 1.260 pesos del lunes fue más barata que los 1.100 del cierre del viernes. Porque a esos del viernes todavía había que agregarle el 30% de Ganancias o Bienes Personales, que ARCA devolverá el año próximo sin ajustar por inflación. Quiere decir que el viernes cada operación se realizaba a $ 1.430 por dólar, antes de que la venta fuera liberada. Ni más ni menos.
Pero en el nuevo esquema cambiario la fluctuación será de ver. Y será necesario darle una mirada constante al comportamiento libre de los diferentes factores de negocios en la Argentina. Uno de ellos la balanza comercial. Será imprescindible atender la exportación del complejo agroindustrial como el de las energías, ya sea combustible líquido o gaseoso. Y también habrá que mirar dos puntas de la balanza como las importaciones y los gastos de servicios turísticos al exterior.
Antes comenzamos planteando esta idea que muchos tienen de la "nueva convertibilidad". A esta fase de la economía argentina le juega algo a favor: el ajuste se hizo antes y de manera progresivo. Y fue durante los 15 meses que le llevó al Gobierno desembocar en esta liberación del dólar.
El gran interrogante es si se llegó a esta salida del cepo por virtud o por necesidad. La primera, ya sabemos todos, era una promesa de campaña de Milei. La segunda, era vital para que las reservas del BCRA no quebraran ante la demanda de sostener el precio del dólar en un contexto global complicado, de mayor demanda de divisas para cuestiones claves que se avecinan en un mundo desafiante.
Por cualquiera de las dos que haya sido, o por una sinergia entre ambas, estamos aquí y ahora en un nuevo esquema económico. Ese esquema demanda precisión absoluta en la administración de la cosa pública y de los tiempos políticos. Ahora empieza el verdadero desafío argentino.
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