Tras su arribo al aeropuerto internacional de la ciudad de Roma, el presidente Alberto Fernández, llegó a la residencia de la embajada argentina ante la Santa Sede, en el tercer piso de Vía Della Concliazione, cuando faltaba poco para que fueran las 14, hora de la Argentina, acompañado de la primera dama Fabiola Yañez.
El mandatario había llegado a las 15.40 de Roma (11.40 de la Argentina) al aeropuerto Fiumicino, para dar inicio a su gira europea, que continuará este viernes en el Vaticano con un encuentro con el papa Francisco y seguirá con reuniones con los jefes de Estado de Italia, Alemania, España y Francia.
“Francisco significa mucho para mí, es un líder moral, el líder de la iglesia católica a la que pertenezco y, también, significa para mí un reencuentro con la Iglesia, a la cual pertenezco, se lo he dicho muchas veces”, expresó en su llegada.
El presidente, quien arribó a la capital italiana junto a la primera dama Fabiola Yañez, la ministra de justicia Marcela Lisardo, el canciller Felipe Solá, el secretario de Culto Guillermo Olivieri, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz y el de Comunicación y Prensa Juan Pablo Biondi, fue recibido por los jefes de misión de las embajadas argentinas ante Santa Sede, ante el gobierno italiano, y ante organismos de Naciones Unidas con sede en Roma. Además, por un oficial argentino de protocolo del Vaticano, la cónsul general en Roma y un representante del gobierno italiano.
Este viernes, Fernández tendrá una reunión privada con el papa Francisco en el Vaticano desde las 10.30 locales (6.30 de Argentina). Tras el encuentro, el resto de la comitiva saludará al pontífice en la Biblioteca del Palacio Apostólico. Luego se reunirá con su par italiano, Sergio Mattarella, un jurista de 78 años y en su cargo desde 2015, hermano del fiscal Piersanti Mattarella, asesinado por un sicario de la mafia siciliana en 1980 y convertido en un símbolo europeo de la lucha contra el crimen organizado.