Barcelona le ganó al Napoli de Italia 3 a 1 (4 a 2 en el global) en el Camp Nou, con tantos del francés Clément Lenglet, Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez, de penal, y se clasificó a los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa, instancia en la que será rival de Bayern Múnich de Alemania.

Barcelona cambió su esquema inicial con Antoine Griezmann como tercer delantero junto con Suárez y Messi, a lo que plegó Jordi Alba con sus subidas constantes por izquierdas o las pasadas del croata Iván Rakitic, lo que le brindó una capacidad mayor para atacar la línea de cuatro italiana.
A pesar de esto, el arranque del partido demostró las fallas en la última línea catalana, fundamentalmente, en la sociedad entre Gerard Piqué y Nelson Semedo, al punto que Dries Mertens tuvo una chance inmejorable, que se estrelló en el palo derecho de un inmóvil Marce-André ter Stegen. Sin embargo, el francés Clément Lenglet apareció con un cabezazo contundente en el área rival, en una jugada que pareció foul ofensivo por un empujón, y abrió la cuenta por medio una vía poco explotada en Barcelona.
El golpe se observó en Napoli, sobre todo en el retroceso de sus volantes creativos y en la inseguridad a la hora de abrirse los espacios, al punto que le entregó el dominio al local, con la especulación de un tanto que le permitiese pensar en la clasificación o en la prórroga.
Por su parte, Lionel Messi tuvo otros planes y con una pelota dividida, dentro del área, se levantó entre tres defensores y terminó con un zurdazo imposible para el colombiano David Ospina cuando apenas transcurrían los 21 minutos.

Barcelona aprovechó el envión anímico y sobre todo la ausencia de balance defensivo en el equipo italiano, que lejos estuvo de la prolijidad inicial, y explotó la potencia de Luis Suárez, en diversas combinaciones con Antoine Griezmann y Messi, a quien le anularon un gol a través del VAR, por una supuesta mano que no se observó en la transmisión televisiva
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Y por esa instancia, con un parate de poco más de cinco minutos, el árbitro turco Cüneyt Çakir sancionó un claro penal de Kalidou Koulibaly sobre Messi. El encargado de patearlo fue Suárez, debido al dolor del argentino en su tobillo izquierdo, y terminó con el 3-0 que pareció sentenciar la serie con apenas un tiempo jugado.
Napoli asumió su responsabilidad en el complemento, presionó en cada salida y atacó con diferentes variantes pero sin demasiada precisión, más allá de sus arremetidas pasajeras; mientras que Barcelona apostó por quitarle velocidad e intensidad al partido, con pelotazos para Suárez y ya sin la necesidad primaria de conseguir una ventaja tranquilizadora para sacar boleto a Lisboa.
