El Ministerio de Salud brasileño informó que Brasil muestra indicios de un repunte de casos de coronavirus, a pesar de que hasta el momento se vivía una situación de relativa estabilidad epidemiológica.

De esta manera, los contagios en el estado de Amazonas y de fallecimientos en Río de Janeiro, confirmar el alza de casos positivos por COVID-19 en ese país, el cual se ubica tercero en la nómina naciones con más contagiados y segundo con respecto a la cantidad de muertes por la enfermedad.
Los datos difundidos por el Ministerio de Salud revelaron que se registraron 869 muertes y 28.378 casos. Siendo así que, el número de fallecidos por COVID-19 alcanza los 141.406 en total, mientras que el balance de contagios subió hasta 4.700.000, de acuerdo al último boletín publicado por la cartera de sanidad.
La tasa de incidencia es de 2.231,6 casos por cada 100 mil habitantes, lo que refleja un nivel de transmisión todavía más alto, si bien el promedio diario de muertes por COVID-19 se redujo 10 por ciento en la última semana y se ubicó por debajo de las 700.
En ese contexto, el estado Amazonas, fronterizo con Colombia, Perú y Venezuela, volvió a cerrar desde ayer y por 30 días bares, casas de fiestas y playas en su capital, Manaos, que con dos millones de habitantes alberga a casi la mitad de la población de la región.“Estamos tomando esta decisión debido a la falta de cumplimiento de los protocolos; nadie usaba más el barbijo y estaban produciéndose aglomeraciones”, justificó el gobernador, Wilson Lima.

Entre abril y mayo, Manaos fue la primera gran ciudad brasileña cuya infraestructura hospitalaria y funeraria colapsó. Mientras tanto, en Río de Janeiro, que es el segundo estado con más muertes por coronavirus desde el principio de la pandemia, creció en los últimos ocho días el promedio diario de fallecimientos, en coincidencia con el masivo regreso de sus habitantes a las playas.
Pese a ello, la salida gradual de la cuarentena sigue avanzando, a tal punto que el gobierno regional autorizó el miércoles pasado el retorno de los espectadores a los partidos de fútbol hasta en 30 por ciento de la capacidad de cada estadio. “Eso es algo imposible de controlar y va a acabar impactando”, alertó Bandeira.
Por otra parte, la ciudad de San Pablo, que es la más populosa del país, cerró hoy el último de los tres hospitales de campaña que levantó para atender a enfermos de COVID-19 y por el que pasaron 3.189 pacientes.
Paralelamente, ese estado es el de mayor cantidad absoluta de casos y de fallecimientos desde el comienzo de la pandemia. Actualmente, se registraron allí en los últimos días el menor número diario de defunciones desde mayo y una caída sostenida de las internaciones en las últimas nueve semanas.