Daniil Medvedev se proclamó campeón del Masters de Londres invicto y habiendo cedido solo dos sets en cinco partidos. En su camino hacia el título, derrotó a Alexander Zverev, Novak Djokovic, Diego Schwartzman, Rafael Nadal y Dominic Thiem, a quien superó en la final. Pese a vencer en un mismo torneo a los tres primeros tenistas del ranking de la ATP, el ruso no se inmuto después de concretar la conquista del título: se dirigió hacia la red a paso lento tras imponerse en la definición sobre el austríaco, no esbozó ni una sonrisa y solo hizo un gesto con el puño en dirección a la cámara cuando se acercó a su banco.
Solo unos días después de haber alcanzado la cima en el Torneo de Maestros, el nacido en Moscú explicó por qué no festejó la obtención del certamen y detalló cómo se comportará en caso de lograr nuevos trofeos. “En el tenis creo que probablemente sea el primero, pero en el fútbol he visto jugadores que no celebran”, expresó el moscovita, quien se convirtió en el segundo jugador ruso en alzar el trofeo en el ATP Finals (el primero fue Nikolay Davydenko en 2009, cuando le ganó a Juan Martín del Potro en la final).
“Lo decidí durante el Abierto de los Estados Unidos del año pasado, cuando tuve dificultades con el público. No celebro mis victorias. Eso es lo mío y me gusta”, agregó el número cuatro del escalafón internacional, de 24 años. En la edición de 2019 del US Open, Medvedev fue abucheado por los simpatizantes en sus partidos de la tercera y cuarta ronda (frente al español Feliciano López y el alemán Dominik Koepfer, respectivamente) por actitudes arrogantes durante el juego y por arrojarle la toalla a un ball boy de manera reprochable.
Luego de avanzar a la semifinal en Flushing Meadows el año pasado, pronunció una frase desafiante contra el público en una entrevista dentro de la pista tras eliminar al suizo Stan Wawrinka. “La energía que me dieron esta noche me dio la victoria. Si no fuera por ustedes no ganaba, porque estaba cansado y con calambres. Quiero que todos sepan, cuando se vayan a dormir, que gané gracias a ustedes. Cuanto más lo hagan, más voy a ganar”, sentenció en modo irónico. En consecuencia, la organización lo multó con 9.000 dólares (5.000 por exceso verbal y 4.000 por levantar el dedo mayor hacia las gradas).
De todas maneras, Medvedev se arrepintió de su comportamiento. “Necesito ser una mejor persona en la cancha. Para ser honesto, fui un idiota”, afirmó más tarde. En aquella edición del Abierto de Estados Unidos, arribó hasta la final, pero fue superado por Nadal en cinco sets. ¿Qué hará el nuevo maestro en el futuro?