Cristofer Bascoff tiene un año y tres meses, nació el 7 de marzo de 2019 en la localidad de Belén de Escobar con un síndrome conocido por “intestino corto”. A los días, padeció enterocolitis necrotizante con intestino perforado, razón por la cual fue rápidamente derivado con riesgo de vida, al Hospital Sor María Ludovica en La Plata, donde permaneció un año internado. Durante ese lapso de tiempo, Cristofer pasó por siente operaciones para reconstruir su órgano.

“Casi se muere, pero tiene un corazón que es una piedra y resistió“, cuenta Steven, el padre del menor. Luego el cuadro del nene comenzó a estabilizarse y creyeron que iban a darle la posibilidad de una internación domiciliaria, por ello el padre pidió a las autoridades médicas que lo trasladasen a un centro asistencial cercano a su domicilio para poder estar cerca de su otra hija de dos años y medio.
Sin embargo volvió a complicarse el panorama. Su obra social, IOMA lo derivó a la Clínica Agüero, ubicada en Morón. “La falta de profesionales como gastroenterólogos, nutricionistas, hepatólogos, entre otros hizo que mi hijo en 15 días vuelva para atrás y hoy se encuentre intubado“, comenzó a reclamar Steven, y luego agregó: “Ruego la derivación de mi hijo como tiene que ser, porque acá lo están dejando morir“, señaló angustiado el padre.
Según indicó, los médicos lo hacen esperar y hasta llegaron a advertirle que “no se asombre si un día surge un sangrado que ellos no puedan frenar”. Tras sus constantes intervenciones por su delicada situación de salud, a Cristofer le fueron quitando gran parte del intestino y, actualmente, posee 35 centímetros del órgano cuando ya debería tener por lo menos tres metros para su crecimiento y desarrollo. A la vez, el menor sufre desnutrición crónica, porque su organismo no absorbe los nutrientes necesarios.
“Mi nene estaba bien. Llegó a esta clínica y lo único que hizo es ir para atrás“, sostiene el papá con tono de desesperación. También indicó que debe turnarse con su mujer para dormir uno en la habitación con su hijo y el otro en los pasillos de la clínica.
Lo ideal para la mejoría de salud de Cristofer es un trasplante multivisceral, es decir de hígado, intestino y páncreas, por ello la desesperación de sus padres de trasladarlo con urgencia al Hospital Garrahan.