Con el transcurso de los años, el nombre de Diego Armando Maradona se asoció de manera directa con Boca. En el terreno de juego, desde un palco o con declaraciones públicas, el Diez siempre se encargó de ratificar su pasión y fanatismo por la entidad de La Ribera. En consecuencia, el equipo realizó un minuto de silencio en la antesala al entrenamiento de este viernes para rendirle homenaje al ídolo, quien falleció el último miércoles a los 60 años a causa de paro cardiorrespiratorio.
Los futbolistas y el cuerpo técnico de Miguel Ángel Russo se reunieron alrededor del círculo central de una de las canchas del Centro de Entrenamiento que posee el club en Ezeiza. El acto en memoria del ex jugador y entrenador concluyó con un aplauso general antes de iniciar la práctica con vistas al compromiso con Newell’s del próximo domingo, a las 19.20, por la quinta fecha de la Copa de la Liga Profesional, que fue renombrada como Copa Diego Armando Maradona.
Pese a que estaba en la órbita de Barcelona, Juventus y hasta de River, la primera transferencia de Maradona tuvo como destino al equipo de sus amores. En diciembre de 1980, el Xeneize acordó su arribo procedente de Argentinos Juniors y el astro devolvió la confianza siendo una de las figuras en la conquista del Torneo Metropolitano 1981. Luego de 40 partidos y 28 goles, emigró al Culé, pero regresó a Boca en el ocaso de su carrera y completó un segundo ciclo, entre 1995 y 1997 (31 cotejos y 10 tantos).
Después de que se conociera la noticia de la muerte del emblema de la Albiceleste, la Conmebol postergó el choque entre Boca e Internacional de Porto Alegre por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, que debía disputarse el miércoles, desde las 21.30, en el Estadio Beira-Rio de Brasil. En este escenario, la serie comenzará el próximo miércoles 2 de diciembre, en el mismo horario y con la sede prevista. Mientras que la vuelta se llevará a cabo una semana más tarde (9/12), a partir de las 21.30, en Buenos Aires.
Una de las primeras muestras de reconocimiento de Boca fue iluminar a La Bombonera solo con la luz del palco que pertenecía a Maradona. Además, representantes del club asistieron al velatorio en Casa Rosada. En primera instancia, lo hicieron Carlos Tevez y Ramón Ábila, quienes participaron de la ceremonia privada. Varias horas más tarde, el presidente Jorge Amor Ameal y el vicepresidente primero Mario Pergolini se acercaron para darle el último adiós a Pelusa.