Marcial Thomsen, padre del máximo implicado en la investigación que busca determinar las responsabilidades en el asesinato de Fernando Báez Sosa, visitó a su hijo en el penal de Dolores y dio declaraciones a la prensa a la salida. “No son asesinos”, expresó.
Con un gesto adusto y casi de tristeza, el padre de Máximo Thomsen enfrentó a las cámaras e hizo su descargo después de visitar por primera vez el penal de Dolores. Al referirse al hecho señaló que se trata de “una tragedia” y defendió al grupo de 10 rugbiers sosteniendo que “no son asesinos”.

A diferencia de otras declaraciones que había hecho a la prensa en Pinamar después de visitar a su hijo en la comisaría donde estaba alojado, Marcial Thomsen se refirió brevemente a la familia de la víctima y dijo que lamentaba por ellos lo sucedido.
“Traté de llamar un montón de veces. No sé qué decirles. Si yo tengo el dolor que tengo, no me imagino lo que siento ellos”, admitió al confesar que intentó generar contacto con los padres de la víctima.

Thomsen junto a los padres de los 10 rugbiers llegaron con ropa, zapatillas, vasos de plástico y saquitos de té para entregarselos a sus hijos. Tuvieron que pasar la requisa habitual que se realizan en el ingreso al penal. La visita duró una hora y fue organizado por fuera del horario habitual de visitas.
Al referirse a lo que pudo conversar con su hijo dentro del penal, Thomsen señaló que su “hijo no se acuerda de la pelea” y que estaba alcoholizado. A su vez expresó su sentimiento de temor por la posibilidad de no volver a verlo en libertad.