Luego de 364 días en exilio, el depuesto presidente boliviano, Evo Morales volvió a su tierra con una emotiva y multitudinaria recepción popular en la que expresó que si no se hubiese ido tras el Golpe de Estado que sufrió «habría terminado en el cementerio o extraditado a Estados Unidos«.

Morales, quien tiene 61 años y fue presidente de Bolivia entre el 2006 y el 2019, es de origen aymara y trabajador rural. Por primera vez, luego del exilio, regresó a su tierra boliviana este lunes por la mañana procedente de La Quiaca, en Argentina, tras cruzar caminando por el paso internacional que une a esa ciudad jujeña con Villazón, en el sur boliviano.
«No dudaba que iba a volver, pero no pensaba que fuera tan pronto«, expresó emocionado y feliz durante los primeros minutos en que ingresó a su país natal frente a una gran multitud que dio color a su regreso con cánticos, banderas y atuendos típicos.
Desde un escenario dispuesto al efecto Morales brindó un mensaje de 24 minutos en el que volvió a agradecerle al presidente argentino, Alberto Fernández por haberle «salvado la vida» por las gestiones que realizó hace casi un año para posibilitar su salida de Bolivia luego de la renuncia forzada a la presidencia en el marco del un Golpe de Estado.

Al referirse a su partida, la cual transcurrió el 11 de noviembre del 2019, expresó que si permanecía en el país tenía dos opciones: «Terminar en un cementerio o ir extraditado a Estados Unidos«. «Alguien me dijo: ‘Evo, nos has abandonado’. Yo le dije: ‘Si me quedaba tenía dos caminos: el cementerio o Estados Unidos’«, reveló ante la multitud en su acto de bienvenida a su país.
El regreso del líder indígena, el cual concitó a una multitud en la ciudad fronteriza, excedió las expectativas de los organizadores, por lo que las medidas de distanciamiento y prevención sanitaria frente al coronavirus no fueron todo lo eficientes que se intentó, admitieron fuentes cercanas al expresidente.
Asimismo, Morales hizo referencia a Donald Trump, a quien acusó de «dar un golpe» en el 2019, y agregó que, actualmente, «nosotros damos el golpe al gringo«, luego del resultado oficial de las elecciones en las cuales ganó el demócrata Joe Biden.

Por otro lado, también destacó el «esfuerzo» de Luis Arce y David Choquehuanca de haber llevado adelante una campaña electoral en medio de una política hostil de parte del Gobierno de facto que los llevó a un contundente triunfo por el 55% de los votos en las elecciones del año pasado, y que desde este último domingo, los convirtió en presidente y vicepresidente del país.
«La derecha boliviana, acompañada, dirigida y financiada por la política norteamericana, intentaron frenar nuestro proceso de cambio«, enfatizó. «El año pasado como estos días en plena operación de un golpe, una farsa, un invento diciendo que había fraude y la mejor prueba para demostrar que no lo hubo son las elecciones de este año, donde ganamos por un 55 por ciento, este resultado es histórico en el mundo«, prosiguió.
«Algunos no aceptan que los indígenas podamos gobernar, pero también creo que el Golpe de Estado fue a nuestro modelo económico que viene del pueblo; luchamos con los movimientos sociales para recuperar nuestras empresas y eso no acepta el capitalismo, menos lo acepta el FMI«, concluyó.
Una delegación de mineros, junto al presidente de la Federación de trabajadores de esa área, Álvaro Ruiz, y el dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS) Fernando Huanacuni, acompañaron al expresidente en su cruce por la frontera con La Quiaca, Argentina. Además se sumó al traslado el exvicepresidente Álvaro García Linera y los dirigentes Sacha Llorenti y Diego Pary.