Por la crisis mundial del coronavirus muchos países han cerrado sus fronteras para evitar la propagación de virus, por supuesto, Argentina fue uno de ellos, nadie puede salir ni entrar del país hasta tanto el Gobierno no lo autorice, salvo los vuelos de repatriación que se están llevando a cabo a diario con llegadas de 2 aviones al país por día. Sin embargo, hay extranjeros que han quedado en el olvido, y ese es el caso de una sueca que se encuentra en la indigencia debido a que no recibe ayuda del gobierno de Suecia para poder volver. Cabe destacar que en ese país no hay confinamiento por coronavirus.

Una mujer de nacionalidad sueca ha caído en la indigencia luego de quedar varada en al país por la crisis del covid-19. La mujer se llama Josefin Nordahl y por estas horas deambula por las calles de la Ciudad de Buenos Aires, específicamente en Guido al 1900 en las calles de Recoleta.
La mujer aseguró haberse quedado varada en el país, y al paso de los días se ha quedado sin recursos económicos, lo que la ha llevado a la indigencia, y además, asegura que es víctima de robos todos los días. Incluso, como le han robado la mayoría de sus pertecencias por pernoctar en la vereda, muchga gente del barrio la ayuda acercándole comida y algo de ropa abrigada.
La mujer está hace un mes y medio varada en el país, y asegura que a pesar de haberse contactado en reiteradas oportunidades con el Gobierno de Suecia a través de la embajada, no ha obtenido repuesta por parte de las autoridades para lograr conseguir un ticket de regreso a su país natal.

Suecia, a pesar de que tiene más de 6.000 infectados y 358 muertes confirmadas por COVID-19, la vida continúa con cierta normalidad para sus habitantes. Por ejemplo, las personas todavía pueden ir a restaurantes y comer allí sentados, algo que ya no se puede hacer en prácticamente ningún otro país europeo. También es posible ir a cortarse el pelo y los niños van a la escuela primaria, aunque las secundarias y las universidades cerraron
El objetivo del programa sanitario sueco está centrado en aislar a los enfermos y confiar en que los ciudadanos van a respetar las recomendaciones de distanciamiento social e higiene, cruciales para evitar nuevos contagios. Una muestra es que no hay restricciones a los viajes, pero el gobierno los desalienta. De la misma manera, si bien las personas todavía pueden concurrir a sus lugares de trabajo, se recomienda el home office y se estima que la mitad de la fuerza laboral ya se adaptó a esa modalidad.