De acuerdo con lo informado por el Ministerio de Defensa de Rusia, la fragata rusa Almirante Gorshkov realizó un ejercicio para entrenar el lanzamiento de misiles hipersónicos en la parte occidental del océano Atlántico a través de una simulación por ordenador. De esta manera, los tripulantes de la fragata simularon el lanzamiento de un Tsirkon en un objetivo marítimo que imitaba un barco de un enemigo y estaba ubicado a una distancia de más de 900 kilómetros.

Durante el entrenamiento, “la dotación de combate de la fragata demostró una alta coordinación de acciones”. Asimismo, la fragata Almirante Gorshkov prevé efectuar en febrero próximo una serie de ejercicios conjuntos frente a las costas de Sudáfrica junto a la Armada de ese país y la de China.
La fragata cuenta con misiles Tsirkon que vuelan a una velocidad nueve veces superior a la del sonido y tienen un alcance de más de 1.000 kilómetros. Últimamente, el Tsirkon fue sometido a una serie de pruebas, que incluyeron su lanzamiento contra varios blancos de prueba. Las fuerzas armadas declararon que las pruebas habían sido exitosas y el misil entró en servicio oficialmente a fines del año pasado.
Rusia sostiene que estas armas pueden perforar las defensas antimisiles cada vez más sofisticadas de Estados Unidos, a las que Vladimir Putin advirtió que algún día podrían derribar misiles nucleares rusos. A comienzos de mes, el presidente ruso envió la fragata al océacno Atlántico con los misiles de última generación, como una señal a Occidente de que Rusia no dará marcha atrás en la guerra de Ucrania. El ex presidente ruso Dmitri Medvédev advirtió la semana pasada a Estados Unidos que los misiles hipersónicos pronto estarían cerca de las costas de la OTAN. El Pentágono manifestó en respuesta que vigilará el buque y que no cree que represente una amenaza que no pueda ser contrarrestada.
El Almirante Gorshkov es el primer buque de la nueva serie de fragatas que fueron diseñadas para reemplazar a los envejecidos destructores de fabricación soviética y para que fuesen un componente crucial de ataque de la Armada rusa. Equipado con un conjunto de misiles, el navío tiene 130 metros de eslora y unos 200 tripulantes. En el año 2019 dio la vuelta al mundo en un recorrido de 35.000 millas náuticas.