Hay quienes consideran a las cárceles de Filipinas como las más inhumanas del mundo. Quezon City es un claro ejemplo, allí se puede ver como conviven presos con diferentes delitos en condiciones de hacinamiento nunca antes vistas. Aseguran que el poco espacio contribuye a la suciedad, las enfermedades y los constantes tumultos carcelarios.

Uno de los factores determinantes para saber porqué las cárceles tienen esas caracterísitcas, es que en filipinas la duración de los procesos de condena son largos y las graves carencias del sistema carcelario determinan condiciones «inhumanas».
Según reveló la Comisión Episcopal para la Pastoral de las Cárceles (Ecppc), sólo el 35% de los 115.000 detenidos son culpables según la ley. Es decir que un poco más de 6 de cada 10 internos, son sospechosos o incriminados en régimen de detención preventiva, pero nunca han tenido condena.
Hay que destacar que estas dramáticas condiciones de las cárceles, se le debe añadir los abusos por parte de las autoridades que se cristalizan en maltratos, abusos sexuales, extorsiones de los prisioneros, violencia y vejaciones.

Si bien la situación en todas las cárceles del país son similares lo que sucede en Quezon City, ubicada en Manila, supera todo. Allí hay 3.600 presos que viven en un espacio construido para solo 800.
Se pelean constantemente para comer, dormir y ocupar los «mejores espacios» para poder tener momentos de tranquilidad en medio de un caos, un verdadero infierno.