La diseminación de la pandemia del coronavirus modificó el paradigma del mundo del deporte. Algunos certámenes debieron ser cancelados y otros optaron por adaptarse al contexto para evitar la suspensión de la actividad en lo que resta de la temporada. En este escenario, Roland Garros confirmó una nueva medida con vistas a la próxima edición del torneo.
Luego de haber retrasado el cronograma del Grand Slam para septiembre, los organizadores determinaron que el campeonato se dispute con la concurrencia de público, pero con una capacidad limitada. «El número de espectadores admitidos en el estadio será de entre el 50 y el 60 por ciento de la capacidad habitual», anunció la Federación Francesa de Tenis en un comunicado.

La FFT advirtió que se implementarán otras normas, en coordinación con las autoridades sanitarias francesa, teniendo en consideración la evolución de la pandemia. Con anterioridad al inicio del Abierto de Francia, que se llevará a cabo del 21 de septiembre al 11 de octubre, se detallará el protocolo que deberán cumplir los tenistas y los integrantes de su equipo técnico.
Las entradas saldrán a la venta a partir del próximo jueves 9 de julio para los federados y una semana más tarde empezará el turno para el público general. Los espectadores tendrán que dejar una silla libre de por medio en las tres pistas principales (Philippe Chatrier, Suzanne Lenglen y Simonne Mathieu) para conservar la distancia de seguridad. Una modalidad similar se comenzó a implementar en los cines y teatros de diversos países.
Rafael Nadal tendrá la responsabilidad de defender el título.
En el resto de las canchas, se impedirá que los simpatizantes se sienten a la par y no se asignarán números de asientos con la intención de que solo se ocupe entre el 50% y 60% de las butacas disponibles. En consecuencia, se facilitará la tarea de mantener la distancia recomendada por las autoridades sanitarias.
En caso de que la situación respecto al COVID-19 sea favorable, se emitirán más entradas que podrán ser adquiridas por los fanáticos. Sin embargo, si el escenario se agrava, se adoptarán medidas más restrictivas y los directivos se reservan el derecho de anular los tickets y reembolsar el dinero correspondiente. El uso de barbijo será obligatorio en las instalaciones y recomendable en las tribunas.
«Los diferentes espacios se adaptarán a las consignas sanitarias para permitir el respeto de las normas de distancia. Se busca conciliar la emoción compartida del mejor torneo del mundo sobre tierra batida y el respeto estricto de la responsabilidad de las reglas de protección sanitaria», concluyó el escrito de la FFT.