Periodistas argentinos enviados a Bolivia para cubrir la crisis política que afecta al país durante estos últimos días, han sido insultados, agredidos y hostigados por parte de distintos sectores que se encuentran en conflicto. Además, en medio de la tensión, la nueva ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, amenazó con expulsar y procesar a «periodistas o pseudoperiodistas» extranjeros y bolivianos «que estén haciendo sedición».
El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Christopher Barnes y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, deploraron el clima general contra la prensa local y extranjera que intenta mantener informada tanto a la población como a la comunidad internacional sobre un asunto de alto interés público.
Los directivos de la SIP sostuvieron que «amenazar a la prensa representa un grave atentado a la libertad de prensa».
Ante los actos de violencia, la cancillería argentina reclamó a las autoridades en Bolivia que garanticen la integridad física de los periodistas argentinos.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia, Marco Dipp, aseguró que este «ha sido el periodo más complicado para el trabajo de medios y periodistas».