Los motivos detrás del regreso de la pelea albertistas versus La Cámpora

Redaccion General

27 enero, 2023

Una cuestión tan simple como la falta de invitación al ministro del Interior Eduardo Wado de Pedro a una reunión entre organismos de derechos humanos y el presidente de Brasil Lula da Silva sirvió para que el conflicto siempre latente entre albertistas y camporistas resurgiera con toda la fuerza.

Los enconos no son nuevos entre ambos bandos, que tienen que convivir en el poder porque representan a las dos figuras que están en la cúspide de la pirámide: el Presidente y la Vicepresidenta.

Los recelos del albertismo con el actual ministro del Interior no son nuevos. Recuerdan los albertistas con razón que Wado fue el primero que quiso renunciar durante una de las tantas crisis del actual Gobierno, sobre todo tras la derrota electoral legislativa de medio término.

Esa “falta de lealtad” fue una ofensa para los más cercanos al Presidente, que cuando pueden devuelven la factura.

Lo que nadie pudo imaginar es que este hecho menor, como la no invitación al funcionario a un evento, desatara una nueva crisis, con cruces entre los sectores que ya dejaron de ser privados y se volvieron públicos.

El ministro del Interior se quejó ante periodistas, en off the record, porque no fue tenido en cuenta  para el encuentro de Lula con referentes de derechos humanos, teniendo en cuenta su propia historia personal, considerando que es hijo de desaparecidos.

Al ministro salió a responderle sin pelos en la lengua la ministra  Victoria Tolosa Paz, albertista de la primera hora.

«Si hay falta de códigos es de los que son parte del gobierno y lo critican”, lanzó la funcionaria.

El kirchnerismo incluso había dejado trascender que la pareja de Tolosa Paz, Enrique “Pepe” Albistur, íntimo del Presidente, había engordado artificialmente la agenda de Lula para que no se encontrara con Cristina Kirchner.

Lo cierto es que las peleas entre los dos principales sectores internos en el Gobierno adelantan el inicio del año electoral, donde cada “tribu” va a tomar su camino a la hora de elegir candidato.

El cristinismo alienta la candidatura de la propia Cristina, y si ella no va, uno de los más mencionados es el propio ministro De Pedro.

El albertismo, por su parte, impulsa la reelección del actual Presidente, a sabiendas de que se trata de una tarea muy difícil, considerando los bajos niveles de imagen positiva del jefe de Estado.

Y entre ambos surge la figura de Sergio Massa, quien apuesta a un repunte de la economía para presentarse como la opción intermedia entre ambos.

Febrero seguirá marcando las diferencias entre estos sectores en pugna y recién para marzo se aguarda la gran definición: si Cristina será o no candidata.

Esto marcará la suerte no solo del Frente de Todos, sino que también moldeará quiénes serán los candidatos de la oposición.

Recientes encuestas marcan que Cristina está mejor en la imagen pública de lo que muchos imaginaban.

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