13/02/2025
Hace ya dos semanas que Luis Caputo anunció la baja temporal de las retenciones del campo. Pero, mientras que la liquidación aumenta muy modestamente, ya empiezan a verse efectos no deseados: una suba en el precio interno tanto de la harina como del aceite de girasol.
El 23 de enero pasado,
Caputo lanzó tanto una eliminación permanente de las retenciones a las
economías regionales como, más fundamentalmente, una rebaja temporal de las
retenciones a los principales granos y cereales, que durará hasta el 30 de
junio.
De esta forma, las
retenciones para el girasol bajaron del 7% al 5,5% y las del trigo del 12% al
9,5%. Se trata de un 20% de reducción aproximadamente, número que también
alcanzó a la soja, la cebada, el maíz y el sorgo.
Inflación
por la baja de retenciones
Más allá de las presiones del campo, el gobierno de Javier Milei tomó esta medida ante la necesidad urgente de acumular dólares, requeridos para continuar con el proceso de desaceleración de la inflación y avanzar hacia una eventual salida del cepo. Sobre todo cuando las divisas del blanqueo y el fugaz REPO se van agotando, y el nuevo acuerdo con el FMI se dilata.
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Sin embargo, lejos de
contribuir a una baja de precios generalizada, por ahora el efecto parece ser
el contrario, ya que industriales y gastronómicos empiezan a alertar por subas
en insumos clave como la harina y el aceite de girasol.
Xavier de Escalada es
secretario general de la entidad pyme ENAC y empresario de la industria
alimenticia, en la que elabora materia prima para panaderías, pastelerías y
heladerías. Según denunció, el litro de aceite de girasol a granel que utiliza
aumentó un 5,7% el mismo día del anuncio de la baja de retenciones, luego de
haberse mantenido sin cambios por unos seis meses.
"Se trata de un
aumento en una commodity pese a que el dólar no se movió", destacó,
además, De Escalada en diálogo con El Destape, y agregó que, dado que sus
proveedores tienen una posición dominante, no le queda más alternativa que
"trasladar el aumento al precio de mi producto terminado".En
paralelo, los panaderos se preguntan por qué aumentó la harina de trigo en las
últimas semanas si las ventas están quietas. "Es increíble pero los
molinos están aumentando la harina, alertó a este medio Raúl Santoandré,
presidente de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos
Aires (FIPPBA).
Concretamente, la bolsa
de harina de 25 kilos subió 300 pesos, aproximadamente un 2,7%, desde fines de
enero, subrayó Santoandré y añadió que "no se entiende por qué, si las
ventas están tranquilas".
Aceite
de girasol
En resumen, a poco del
anuncio de Caputo de baja de retenciones en 1,5 puntos porcentuales para el
girasol y 2,5 puntos porcentuales para el trigo, sus subproductos aumentaron un
5,7% y un 2,7% respectivamente. Lo más preocupante es que la cosecha gruesa
arrancará recién a fines de abril, por lo que todavía queda un amplio margen
temporal para que aceite de girasol y harina suban lo que resta del 20% en que
los derechos de exportación se redujeron.
Por
qué suben los precios por la baja de retenciones
La mecánica es bien
conocida. Los grandes productores no quieren perder rentabilidad y, si ven
posibilidad de vender a un mejor precio en el exterior, buscarán obtener no
menos de ese mismo precio en las ventas que realizan al mercado interno.
Especialmente luego de un mal año para el sector producto del atraso cambiario,
los vaivenes en los precios internacionales y la sequía de las últimas semanas.
Sin ir más lejos, el
consumo de carne bovina comenzó a caer a mínimos históricos luego que, apenas
asumido, Mauricio Macri eliminara los Registros de Operaciones de Exportación
(ROE) y desregulara así su exportación. Según el CICCRA, pasó de 60 kilos por
habitante al año en 2015 a 46,8 kilos en 2024, el menor registro desde la
década de 1920.
Lo más peligroso es que
la suba de precios de estos insumos básicos como son el aceite y la harina, con
efecto multiplicador sobre el sector alimenticio en general, se produce cuando
la baja de retenciones apenas comienza a tener algún efecto sobre la
liquidación del campo.
La quita de derechos de
exportación recién se reglamentó el 3 de febrero, lo que llevó a un pico de
liquidación al día siguiente (de 24.000 toneladas para el girasol y 167.000
toneladas para el trigo). Pero el resto de la semana la venta de estos granos y
cereales volvió a sus niveles normales previos.
Ocurre que al campo no
le convence la obligación de liquidar los dólares a 15 días para poder acceder
a la rebaja, sobre todo ahora que el carry trade está en su mejor momento tras
la reducción del crawling peg al 1% mensual. Y, por lo tanto, muchos
productores prefieren seguir liquidando en la ventanilla tradicional sin la quita de retenciones y sin
obligaciones a corto plazo. Otros, tal vez, no se convenzan de que el Gobierno
pueda acceder a un nuevo acuerdo con el FMI sin devaluar.
El riesgo, entonces, es
que esta suba de la harina y el aceite de girasol sea solo un pequeño anticipo
de una suba más grande que llegue al momento de la cosecha gruesa a fines de abril,
cuando la liquidación aumentará inevitablemente, y comprometa la pauta de
desaceleración de la inflación para el Gobierno en plena etapa preelectoral.
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