27/10/2023
El hospital de Al Shifa, en la ciudad de Gaza, no da abasto. Los
heridos se acumulan en los pasillos, las instalaciones están desbordadas, no
hay camas disponibles ni insumos. Mientras tanto, afuera, las bombas israelíes
siguen cayendo en Gaza desde el pasado 7 de octubre tras el brutal ataque de
Hamas en el sur de Israel.
El doctor Omar Obeid, perteneciente al equipo de Médicos sin
Fronteras, trabaja en mencionado hospital y hace lo que puede: "Hemos tenido
que amputar a un niño de 9 años solo con una ligera sedación", reveló. "Nuestro quirófano estaba lleno. Empezamos a
operar en el suelo, en el pasillo. Una señora trajo a su hija, de unos 13 años,
en silla de ruedas. Y aquí, en el suelo, estoy operando a su hijo pequeño de 9
años, que tiene un pie semi amputado", añadió.
"Nos falta material quirúrgico y tenemos muchos casos. Así que
acabamos de amputar con una ligera sedación. Le hemos amputado una parte
de su pie delante de su madre y de su hermana porque no hay espacio. La hermana
espera a ser operada a continuación. No lo pueden imaginar... Esta niña de 13
años esperando a que la operen, mirándome mientras amputo el medio pie de su
hermano", relató mediante un audio que envió a la ONG.
Asimismo, los hospitales de Gaza no están a salvo de los
bombardeos, dado que el 17 de octubre un misil cayó en el hospital árabe Al
Ahli y provocó cientos de víctimas, de acuerdo con la versión de Hamas. Israel
y el grupo islámico se acusaron mutuamente de ser los responsables.
Al respecto, el coordinador general de Médicos Sin Fronteras en
los Territorios Palestinos, David Cantero, hizo un llamado desesperado: "Hay
que parar este baño de sangre. Estamos siendo testigos de una catástrofe humanitaria que no tiene precedentes,
por el número de muertos, heridos y desplazados y por la destrucción masiva que
nuestros colegas nos dicen que está ocurriendo hoy mismo dentro de la Franja de
Gaza. Este castigo colectivo impuesto a la totalidad de la población de Gaza
es totalmente inadmisible. La población no tiene a dónde ir".
En tanto, la coordinadora de Médicos Sin Fronteras en
Cisjordania, Irene Huertas, dijo que "la situación es terrible. Muchos
hospitales han dejado de funcionar por falta de combustible y electricidad.
Estos hospitales han sido evacuados. Los pacientes han sido llevados a otros
centros donde no hay más espacio. Tenemos hospitales totalmente saturados,
personas en pasillos, aparte de las miles de personas que están viviendo allí
como refugiados".
Los hospitales de Gaza se "están realizando operaciones sin
anestesia, aunque se trate de una amputación o cirugías muy dolorosas.
Pacientes mueren por infecciones totalmente prevenibles y empiezan a aparecer
otras enfermedades. Los médicos están casi sin fuerzas", describió. "Tienen que decidir por cuáles pacientes ya no
van a hacer nada porque no tienen capacidad. Es muy duro. Es una de
las situaciones más duras que se han vivido en los últimos años", sostuvo.
Por su parte, desde la ONG Save The Children señalaron que la
mayoría de los heridos con lesiones graves "no puede recibir siquiera
tratamiento básico porque el sistema de salud apenas funciona".
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