El Papa Francisco criticó al gobierno de Javier Milei por la represión policial

El Papa Francisco lanzó duras críticas al gobierno de Javier Milei durante la conmemoración del décimo aniversario del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, subrayando el uso de la fuerza policial contra manifestantes y cuestionando las prioridades del Ejecutivo en términos de justicia social.

"En vez de pagar la justicia social, el Gobierno pagó el gas pimienta, le convenía", sentenció el Papa, refiriéndose a un reciente episodio de represión policial durante una manifestación en rechazo al veto presidencial sobre la actualización de haberes jubilatorios. Francisco afirmó haber visto un video de la represión, donde "obreros" eran tratados como "revoltosos" por reclamar sus derechos.

El Papa destacó que la indiferencia ante la injusticia alimenta la violencia, advirtiendo que "el silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio" y que esta dinámica puede desembocar en conflictos sociales graves. Su mensaje se centró en la necesidad de una respuesta firme y compasiva ante las demandas de justicia social.

Pese a que Milei ha descalificado el concepto de justicia social, considerándolo "aberrante", Francisco instó a rezar por una verdadera justicia social y expuso un episodio de corrupción que, aunque no nombró directamente, sugiere prácticas indebidas dentro del gobierno. Relató la historia de un emprendedor que, tras presentar un proyecto, recibió una solicitud de coima por parte de un funcionario.

Además, el Papa no escatimó en críticas a la figura de Julio Argentino Roca, a quien vinculó con la violencia contra los pueblos originarios, recordando que "los argentinos solo tenemos 600 mil aborígenes", y llamando a reconocer la historia con honestidad.

Dirigiéndose a un público diverso de América Latina, África, Asia y Europa, Francisco hizo un llamado a los movimientos sociales para que actúen como custodios de la justicia social y se opongan a la corrupción y la injusticia. "No aflojen, por favor", instó, alertando sobre problemas como el narcotráfico, la trata de personas y la violencia en los barrios.

El Papa también reiteró su crítica al sistema capitalista y la desigual distribución de la riqueza, defendiendo la necesidad de impuestos más altos para los billonarios y enfatizando que el Evangelio pone a los pobres en el centro de su mensaje. "Esto no es comunismo, es el Evangelio puro", subrayó.

Finalmente, Francisco se dirigió a "los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos", afirmando que "el futuro de la humanidad está en sus manos" y los instó a construir una alternativa humana a la globalización excluyente. "No se achiquen", concluyó, dejando clara su postura a favor de una justicia social integral y humanitaria.