19/03/2025
Una historia fascinante marcada por el misterio y la tragedia
El actual Teatro Colón, ubicado en Cerrito 628, no fue el primero en llevar ese nombre. Su predecesor, inaugurado en 1857 frente a Plaza de Mayo, funcionó hasta 1888, cuando cerró con la presentación de Otello de Giuseppe Verdi. La construcción del nuevo edificio fue un camino lleno de obstáculos: un proyecto inicial que se extendió por dos décadas, el fallecimiento de dos de sus arquitectos y un misterioso asesinato que alimentó su fama de 'teatro maldito'.
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El diseño original fue encargado al arquitecto italiano Francesco Tamburini, pero tras su muerte en 1891, el proyecto quedó en manos de su compatriota Vittorio Meano. Sin embargo, Meano también perdió la vida de forma trágica en 1904, lo que obligó a que el belga Julio Dormal tomara el mando hasta su finalización. Finalmente, el 25 de mayo de 1908, tras 20 años de espera, el Teatro Colón abrió sus puertas con una deslumbrante puesta en escena de Aïda, de Verdi.
Un templo de la música y la arquitectura
Desde su inauguración, el Colón ha sido testigo de presentaciones legendarias de figuras como Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y Maria Callas, consolidándose como uno de los teatros más prestigiosos del planeta. Su diseño, inspirado en la 'curva italiana' para la jerarquización social de los espectadores, y su riqueza ornamental con esculturas de Luis Trinchero, lo convierten en una obra maestra.
Hoy en día, este ícono de Buenos Aires sigue atrayendo a amantes de la música y la arquitectura de todo el mundo. Ya sea para disfrutar de una función de primer nivel o simplemente para recorrer sus imponentes salones, el Teatro Colón es una visita imprescindible en la ciudad.
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