21/01/2025
El cambio de estrategia llega luego de la salida de Ignacio Yacobucci y las versiones de un supuesto malestar con un sector del Ejecutivo.
El Gobierno de Javier Milei decidió remover a Ignacio Yacobucci de su puesto al frente de la Unidad de Información Financiera (UIF) en medio de versiones que señalaban tensiones internas en la Casa Rosada. La decisión se habría tomado debido al creciente malestar de algunos sectores gubernamentales por la postura activa de la UIF en diversas causas judiciales que involucran a exfuncionarios kirchneristas, entre ellas las investigaciones por lavado de dinero que alcanzan a Cristina Fernández de Kirchner y a otros referentes del kirchnerismo.
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Durante su gestión, Yacobucci impulsó un cambio en la estrategia de la UIF, activando su rol de querellante en casos emblemáticos como Hotesur y Los Sauces, que investigan a la expresidenta, y en el expediente relacionado con el patrimonio del ex intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Sin embargo, esta intervención del organismo en causas de alto perfil generó malestar dentro del Gobierno, especialmente en un sector de la Casa Rosada que interpretó esta postura como una potencial vulneración de la separación de poderes.
Con la salida de Yacobucci, el Ejecutivo nombró a Paul Starc, fiscal y ex funcionario del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, como nuevo titular de la UIF. Starc asumirá el cargo en un contexto de reestructuración en la estrategia de la UIF. Según trascendió, la nueva gestión no asumirá el rol de querellante en nuevas causas, aunque continuará participando en los casos en los que ya se encontraba actuando como tal. Esto incluye las investigaciones que afectan a exfuncionarios del kirchnerismo, como el caso de Insaurralde, para el que la UIF estaba a punto de pedir su indagatoria.
Fuentes cercanas al Gobierno explicaron que, con este cambio de enfoque, se busca evitar especulaciones sobre un supuesto pacto de impunidad con el kirchnerismo. "No tiene que ver con Cristina Kirchner, se trata de una decisión sobre el rol de la UIF en general. La UIF no debe ser querellante en ningún caso", señalaron desde la Casa Rosada. Además, se destacó que el organismo no debería asumir funciones que competen a la Justicia y a los fiscales. "Para eso están los fiscales", apuntaron.
La figura de querellante le permite a la UIF solicitar medidas de prueba, como indagatorias o testimoniales, y controlar los avances de las investigaciones. Durante el gobierno de Mauricio Macri, la UIF y la Oficina Anticorrupción adoptaron este rol en varias causas importantes, lo que se convirtió en un punto de diferenciación respecto a la gestión anterior. Sin embargo, dentro del Gobierno actual, se considera que esta intervención del organismo en las causas judiciales podría contradecir el principio de separación de poderes.
La salida de Yacobucci también estuvo relacionada con varias críticas que se acumulaban dentro del Gobierno. En particular, se le reprochaba la demora en la adecuación del país a las normas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), lo que dejó a la Argentina al borde de una sanción internacional. Además, se le señalaron excesos en sus gastos de viajes al exterior, realizados en clase ejecutiva, a pesar de la política de austeridad que impulsa la administración de Milei.
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Otro aspecto que generó fricciones fue su resistencia a la llegada de Santiago González Rodríguez, quien asumió como vicepresidente de la UIF tras la salida del número dos anterior, Manuel Tiesso. En este contexto, la relación de Yacobucci con el Ministerio de Justicia, encabezado por Mariano Cúneo Libarona, se tensó hasta que las presiones internas culminaron en su renuncia.
El nuevo titular de la UIF, Paul Starc, se encuentra actualmente al frente de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional de Tres de Febrero. Su nombramiento marca un giro en la estrategia del organismo, que dejará de ser querellante en nuevas causas, aunque seguirá involucrado en los casos abiertos por decisiones previas. Starc, conocido por su participación en la gestión pública en el ámbito de la seguridad, no será ajeno a los desafíos que enfrenta la UIF, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la transparencia y la lucha contra el lavado de dinero.
Este cambio al frente de la UIF podría tener implicancias en la forma en que el Gobierno maneja la relación con la justicia y la lucha contra la corrupción, en un contexto político marcado por las tensiones internas y las expectativas de los sectores que apoyan al presidente Milei.
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