25/10/2023
Por
Mundo Poder
Las elecciones. ¿Una lección de racionalidad o un cambio de expectativas? ¿Por qué el 2024 va a ser un mejor año para la Argentina? El "plan motosierra dolarizante", el "monstruo inflacionario" y los datos que empiezan a generar un mejor clima para lo que viene.
El triunfo de Massa en las elecciones del pasado domingo trajo un dato positivo para la economía: la moderación de la política también hizo lo propio en lo que se puede observar como una moderación en las expectativas monetarias.
¿Por qué? El lunes, a poco de conocido el resultado de la primera vuelta, el dólar futuro que se negoció en el Rofex bajo: la posición a diciembre quedó en $ 595 y la de enero se ubicó en $ 700.
La primera lectura que se puede inferir de estos dos registros es que el "mercado" avizora un clima de mayor certidumbre en el mediano plazo. Esto también puede generar una buena "pax cambiaria" desde aquí hasta diciembre.
Que uno de los contendientes a la presidencia luzca como la moderación en un clima de tanto nerviosismo es muy bueno. Además hay otros elementos de la política económica que contribuyen a esto.
La confirmación del pago al FMI a fin de mes y la holgura de divisas que quedaran después de efectivizado ese compromiso, por efecto del swap chino y el uso mismo de los derechos especiales de giro del organismo internacional, hacen prever que la presión cambista, aunque se mantendrá, sería contenida por efecto de la política y las reservas.
El otro factor que coadyuva a mejorar el presente de las expectativas es que al "plan motosierra dolarizante" se le opone un mensaje de más racionalidad en la figura del candidato del Gobierno. No porque su gestión en el Ministerio de Economía haya sido un dechado de virtudes. Sino simplemente porque la palabra "dolarización" nunca estuvo como una alternativa de su plan de gestión. Eso tranquiliza, fundamentalmente, a los industriales y los gremios que, durante los noventa, sufrieron los efectos de la convertibilidad con el ingreso de productos que les competían de igual a igual y desplazaban a los nacionales; y por el drenaje de reducción de las plantillas de personal de las empresas nacionales que generó la desocupación más alta de los últimos tiempos.
Para
adelante
Durante las próximas cuatro semanas la economía volverá a estar en el centro de la escena nacional y será importante que el "monstruo inflacionario" sea controlado, y es que el Gobierno quiere mantenerse competitivo en la segunda vuelta.
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, asegura que la inflación se está desinflando. Para demostrarlo luce semanalmente los gráficos que marcan una evolución inferior a los tres puntos porcentuales cada siete días. Todavía no hubo semana -desde que se aplica esta modalidad- en la que haya podido poner un #1 delante del dato.
En el horizonte de mediano plazo la Argentina tiene mejores escenarios. Solo para la cuenta de los egresos, en 2024 no será un tema la sequía, ni tampoco la importación de energía. Por la primera, este año el país se vio imposibilitado de contar con 18.000 millones de dólares. Por la segunda, se habla de una necesidad de divisas de otros 5.000 millones de dólares.
De cumplirse los pronósticos, en 2024 esos 23.000 millones que se fueron este año ya no se ausentarán, por lo tanto es una suma doble beneficio.
El próximo Gobierno, con esa plataforma y manteniendo una política fiscal razonable, donde no gaste más de lo que ingresa y conteniendo la emisión monetaria, y por qué no reduciendo levemente la base de circulación de dinero un poco, podría tener los "drivers" necesarios para empezar a generar mayor confianza basada en mejores resultados, y luego un cambio de expectativas a favor de una economía pujante y creciente, como tranquilamente podría gestarse si se le pudiera empezar a poner el cascabel al monstruo inflacionario.
Aunque para todo esto hay que esperar, el camino parece vislumbrar una luz de esperanza.
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