Entre cambios de tendencias

Reservas en caída, pero potenciales recuperaciones. Dólares que salen y certificados de blanqueo que se avecinan. Síntomas de un cambio de expectativas favorable para los próximos meses y la posibilidad de que el año entrante empiece mejor que el actual.

La Argentina sin la presión del dólar no sería Argentina. Más o menos así, porque nuestra cultura está fuertemente vinculada a las raíces inmigrantes de nuestros abuelos. ¿Qué transmitían? El ahorro como valor fundamental en la sociedad.

Italianos y españoles basaban sus ahorros en dos fuertes instrumentos. Primero el techo propio, que les daba seguridad y la posibilidad de tener bienes raíces. Segundo la moneda extranjera a falta de compra de metales como el oro. Incluso, las joyas que tenían las abuelas venían más de una tradición de ahorro que de opulencia.

Hoy en día el dólar ocupa la preocupación de las generaciones contemporáneas. Aunque el valor del inmueble y la propiedad también persiste, la moneda norteamericana se impuso como patrón de ahorro y eso generó que la gente mirase con un ojo la cotización de las pizarras y con el otro el precio de las milanesas o el asado en la carnicería.

Dicho esto, para entrar en contexto, julio fue otro mes donde los billetes gringos tuvieron protagonismo en la economía nacional. Y no será el único mes que volverá a estar atravesado por el dólar, aunque de diferente manera. Si bien el mes pasado el Gobierno tuvo que sacrificar reservas, se espera que agosto y septiembre se revierta esa situación, y hay varios factores que coadyuvan a eso.

La caja flaca (por ahora)

Un informe recibido en las últimas horas en nuestra mesa de trabajo nos muestra la foto del séptimo mes. Dice la consultora LCG que "julio fue un mes de pérdida de reservas para el Banco Central de la Repúblico Argentina (BCRA), principalmente debido a varios pagos significativos: USD 2.700 millones en pagos de bonos globales y Bonares, USD 650 M al FMI en concepto de capital, USD 167 M en pago de capital del BOPREAL serie 2, y USD 460 M a otros organismos multilaterales (BID, CARF, BIRF y bilaterales)".

Por otro lado, dice LCG que "la salida de dólares de las arcas del Central estuvo intensificada ya que el banco tuvo una posición neta vendedora de USD 138 M, relacionada con los pagos de energía y una menor liquidación de soja por precios bajos en los mercados". Y rescata la consultora dirigida por Javier Okseniuk que "hubo un aumento en los encajes en dólares de USD 1.265 millones, que sólo modera la caída de las reservas brutas, no así la de las netas".

Claro que esta no será la foto del semestre. Según Salvador Di Stefano, director de la consultora que lleva su nombre, hay motivos para ilusionarse, dado que si funciona como se espera el blanqueo lanzado por el Gobierno, se reduce la compra de energía por efecto del clima y comienzan a ingresar inversiones extranjeras por el RIGI como la anunciada por YPF y Petronas que irá a Río Negro, de aquí a diciembre no debería haber sobresaltos en la economía.

Sobre las expectativas

Los empresarios están expectantes por lo que puede venir. A pesar de que la mirada de los primeros meses no es positiva, las cosas cambian cuando se les consulta sobre lo que esperan de cara al futuro inmediato.

A nuestra mesa de trabajo llegó el Índice de Confianza Empresaria del segundo trimestre que elabora VISTAGE Argentina, entidad que periódicamente y cada tres meses genera el indicador que se ha convertido en una referencia clara en el mercado. "La mayoría de los empresarios perciben que la economía argentina ha empeorado en el último año pero es alentador observar que un 71% tiene una perspectiva positiva sobre la evolución económica de aquí en adelante. Esto sugiere un espíritu resiliente y una voluntad de invertir y crecer, a pesar de los desafíos actuales", afirmó Guadalupe San Martín, CEO de Vistage Argentina.

El trabajo arroja muchos datos interesantes: para el 64% de los empresarios la economía argentina empeoró con respecto a un año atrás, un 23% indicó que mejoró y 13% considera que la economía se mantuvo sin cambios. Pero sobre el futuro, el 71% estima que en los próximos 12 meses, el escenario mejorará; el 18% opina que no habrá cambios; y otro 11% valora que empeorará.

Consultados sobre la inversión en activos fijos para el próximo año, el 48% responde que se mantendrá igual, el 37% dice que se incrementará y el 15%, que disminuirá. Y el 62% estima que la facturación de su empresa aumentará en los próximos 12 meses, mientras que el 23% responde que se mantendrá en igual nivel y el 15%, que disminuirá. Además, sobre el volumen en unidades de venta para los próximos 12 meses, el 54% de los encuestados afirma que aumentará, el 19% señala que decrecerá; y el 27% considera que se mantendrá igual.

Claramente, se percibe un cambio en el humor y lo que se espera que pueda ocurrir. Algo parecido midió la Fundación Global, organización que reúne a empresas del sudeste bonaerense. Para dicha entidad, el 70% de los empresarios apoya o acompaña la gestión que lleva adelante el Presidente Javier Milei. En términos políticos, es toda una definición del sector.

En referencia al crecimiento global de la economía del país para los próximos 12 meses, casi un 50% de los consultados manifestó que cree que crecerá (47,5%) y un 20% que se contraerá. Este guarismo marca un notable cambio de expectativas, comparado con la medición realizada en 2022. La mirada sobre el Clima de Negocios de la región muestra algún contraste con la evaluación nacional: un 55% lo considera "Regular", y un 27,5% como "Bueno". Aunque en la evolución proyectada de este clima de negocios local para los próximos 6 meses, aparece nuevamente la tendencia positiva: un 52% indicó que "Mejorará" y solo un 5% que "Empeorará".

Comenzamos hablando del dólar, la raíz cultural del ahorro y los motivos por los que los inmigrantes enterraban su dinero y lo convertían en propiedades. ¿No será momento de que aquellos que pueden, empiecen a desempolvar esos antiguos conceptos del ahorro y hagan fluir el dinero para que genere más riquezas y dinamice la economía doméstica?