15/11/2023
Un total de 6.400 piezas fósiles fue devuelto por la Dirección Nacional de la Aduana a la provincia de Río Negro luego de que se frustrara el intento de tráfico del lote, de gran significancia museológica e histórica y de un valor económico incalculable, a España, adonde se intentó enviar la colección oculta en latas con doble fondo, moldes de yeso y cajas de bombones. "Estamos ante el mayor secuestro de bienes culturales de la historia argentina", afirmaron las autoridades.
Un esqueleto de hadrosaurio, huevos de dinosaurio, una flor fosilizada que data de al menos 47 millones de años atrás, un amonite de veinte centímetros, un nautilus prehistórico, almejas y piezas de ámbar con insectos en su interior son algunos de los elementos que incluía la colección proveniente del Museo de Geología y Paleontología del Lago Gutiérrez en Villa Los Colihues, que sufrió "el mayor secuestro de bienes culturales de la historia argentina", según lo definió el titular de la Aduana Guillermo Michel.
El principal acusado del hecho es Julián Corsolini, hijo de Rodolfo Corsolini, autoridad del Museo y quien halló la mayoría de los fósiles. El sospechoso trabajaba junto a su padre en el establecimiento, que era una reconocida atracción turística de Río Negro, y que hace años está cerrado. Hoy, el hombre permanece en la mira de la Justicia: se cree que habría intentado retirar fósiles de la colección familiar del país para luego trasladarlos a Murcia, España, en septiembre de 2020, con la excusa de una supuesta mudanza.
Corsolini ya fue objeto de un pedido de procesamiento en la Justicia federal de Río Negro. El caso se inició a raíz de la presunta "exportación ilegal de piezas pertenecientes al patrimonio arqueológico y paleontológico argentino, protegidas por la Ley Nacional 25.723 y la Ley Provincial 3.041". La Aduana figura como querellante en el expediente. Tras la solicitud, la Argentina alertó a España de la llegada del cargamento y el país ibérico revisó los contenedores cuando arribaron a Valencia.
En este marco, los trabajadores hallaron que Corsolini supuestamente había diseñado un sistema de dobles fondos y revestimientos de yeso para ocultar los fósiles. "Había una caja de bombones con un doble fondo donde escondió algunas piezas. En cajas de herramientas había camuflado fósiles de muy pequeño tamaño. Había latas con clavos que tenían un doble fondo. Tenían lajas con impresiones fósiles a las que taparon con paños para hacer pasar por soportes para piedras", aseguraron las fuentes.
Y agregaron: "Encontraron ollas y pavas que en su interior tenían más restos envueltos en trapos. Había declarado algunos bultos como 'adorno de dinosaurio' cuando en realidad eran huesos de dinosaurio reales revestidos en yeso". En tanto, el hombre alegó que no tuvo "intención" de llevarse "nada escondido". Además, sostuvo que los fósiles estaban cubiertos con yeso para protegerlos del deterioro, y trató de exculpar a su padre.
Finalmente, las 6.400 piezas fueron recuperadas y devueltas a la provincia de Río Negro. Hoy están a cargo del Museo Bernardino Rivadavia. Al respecto, su director Luis Cappozzo destacó "el aporte, cuidado e investigación del equipo de científicos y científicas del Museo en la restitución de un material totalmente valioso".
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