06/09/2023
La
Corte Suprema de Justicia, por unanimidad, puso fin al limbo jurídico en
el que se encontraba la camarista de Casación Ana María Figueroa y resolvió que
desde el 9 de agosto último, día en que
cumplió 75 años, "ha perdido su investidura como jueza".
Figueroa aspiraba a la renovación de su designación, objetivo que la propia Cristina Kirchner trató de alcanzar infructuosamente en el Senado de la Nación, donde la bancada oficialista por dos veces no alcanzó el quórum necesario para prorrogar la presencia de la magistrada en la Sala I de la Cámara de Casación.
La
jueza rosarina, identificada con el kirchnerismo y vocera de teorías como el
"lawfare" y el "partido judicial", había decidido, al no haber recibido
la prórroga de su designación antes de su último cumpleaños, que se abstendría
de votar o revisar expedientes, pero que no renunciaría porque consideraba
que el trámite parlamentario de su renovación aún no había terminado y tenía
chances de prosperar.
La camarista era una pieza fundamental y un voto seguro a favor de la vicepresidente y sus hijos en las causas Hotesur-Los sauces, donde la Sala I debe resolver si son sometidos a juicio o ratifica la absolución dictada por el Tribunal Oral Federal 5. Lo mismo sucedía con el cierre sin juicio de la causa por el Memorándum con Irán, que Cristina Fernández de Kirchner quiere ver ratificado.
La decisión de Figueroa de no dimitir, pero tampoco prestar servicios a la espera de un improbable gesto del Senado, hizo que sus colegas del Cuerpo discutieron sobre la legalidad de esa pistura. La mayoría estimaba que su mandato había concluido, pero otros, también cercanos al oficialismo, como Alejandro Slokar, opinaban que se debía aguardar. Sus detractores opinaban, además, que era posible que hubiese cometido un delito al cobrar íntegramente su sueldo de agosto (de casi 4 millones de pesos) cuando por su propia decisión había dejado de ejercer funciones a principios de mes.
La Cámara de Casación puso en conocimiento de la Corte Suprema esta situación y el Máximo Tribunal decidió que, dado que la ley no prevé una prórroga "per se", la jueza Figueroa ha dejado de serlo el día que cumplió 75 años, es decir, el 9 de agosto pasado. Para evitarlo, el Senado debería haberle concedido los cinco años de prórroga que ella pidió antes de su cumpleaños. Al no hacerlo, la camarista perdió su cargo.
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