La designación de Martín Menem en Diputados molestó al PRO y podría complicar la aprobación de leyes al nuevo gobierno

La designación de Martín Menem para presidir la Cámara de Diputados no cayó bien en el entorno del PRO, que esperaba que ese puesto quedara en manos de alguno de los suyos. Al menos eso es lo que estaba negociando Javier Milei con Mauricio Macri por estos días en el hotel Libertador.

Uno de los principales nombres que resonaban para ocupar el cargo era el del halcón del PRO Cristian Ritondo, quien fue uno de los primeros en salir a respaldar el pacto de Acasuso y además quien puso una gran cantidad de fiscales en la provincia de Buenos Aires en el marco del balotaje que dio victorioso a LLA.

También se hablaba de que podía ser Florencio Randazzo el elegido, como un guiño al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y a una parte del peronismo no kirchnerista, pero también fue descartado.

La elección del presidente de Diputados se demoró justamente por su carácter estratégico, ya que la capacidad de construir consensos será determinante para el nuevo gobierno, que asume con apenas 38 diputados y 7 senadores.

Ritondo podría sumar 40 diputados (algunos arriesgaban incluso hasta 50) que dejaría a los libertarios mucho más cerca del quórum de 129 necesarios para abrir una sesión en la Cámara baja.

Desde el bloque del PRO un diputado que prefirió no dar su nombre pronosticó que la relación con los "libertarios" se enfriará, lo que en la práctica significa que se negociará "ley por ley", con una injerencia mucho mayor de los gobernadores.

Los libertarios han dejado trascender en más de una oportunidad que si no logran aprobar las leyes que necesitan recurrirán a los decretos de necesidad y urgencia. Los "halcones" del PRO también desconfían de esa estrategia: "No van a ser decretos como la eliminación de Ganancias, que pueden ser bien vistos por algún sector, sino decretos (de ajuste) que pueden generar caos social, los puede voltear la Justicia o también el Congreso".

Ahora está por verse si la elección de Javier Milei de poner a Martín Menem a presidir la Cámara de Diputados fue una buena elección, dejando a los halcones del PRO con un sabor agrio y con la posibilidad de que no le den el apoyo para las leyes que promete enviar al Congreso apenas asuma la presidencia.