Maduro asume su nuevo mandato en medio de tensiones, represión y creciente aislamiento internacional

Este viernes, en un clima de gran tensión y bajo un fuerte despliegue de fuerzas militares y parapoliciales, Nicolás Maduro asumirá un nuevo mandato de seis años en Venezuela. La ceremonia de jura, que se llevará a cabo al mediodía en la sede del Parlamento en Caracas, se realizará en un escenario marcado por las protestas opositoras, denuncias de represión y una creciente presión internacional contra el gobierno chavista.

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Las autoridades venezolanas han asegurado que la seguridad será una prioridad durante la ceremonia, con la participación de militares, policías y los llamados "colectivos", grupos de choque que patrullan en motos y suelen amedrentar a los manifestantes. Los opositores, en tanto, mantienen una férrea resistencia y han denunciado nuevas detenciones y hostigamientos, como los de figuras claves del movimiento como Rafael Tudales, yerno del líder opositor Edmundo González Urrutia, el excandidato presidencial Enrique Márquez y el activista Carlos Correa.

Para el analista Piero Trepiccione, del Centro Gumilla, el país atraviesa una "tensión extrema" debido a la polarización política y las constantes amenazas de represalias. Mientras tanto, el chavismo refuerza su control sobre las Fuerzas Armadas, las instituciones públicas y los cuerpos de seguridad, apoyándose en una política de represión que ha dejado más de 2400 detenidos desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, aunque la mitad ya ha sido liberada, aunque aún bajo juicio.

La oposición está en las calles para reclamar que Edmundo González Urrutia asuma el poder. El chavismo despliega un impresionante número de efectivos militares y policiales para garantizar la jura.

El gobierno ha movilizado todo su aparato represivo para evitar cualquier alteración al orden. En las calles de Caracas y otras ciudades, la presencia de fuerzas de seguridad es evidente, con reportes de civiles armados que patrullan junto a los colectivos. Además, se han intensificado los controles en rutas y puntos estratégicos de la capital.

Por otro lado, la oposición, encabezada por María Corina Machado, ha convocado a sus seguidores a desafiar la legitimidad de Maduro y a respaldar la proclamación de Edmundo González Urrutia, quien, exiliado en España, regresará al país para asumir lo que considera su triunfo en las urnas. En su discurso, Machado ha instado a la comunidad internacional a posicionarse del lado de la democracia y la Constitución venezolana.

Frente a estos desafíos, Maduro y su ministro del Interior, Diosdado Cabello, han intensificado su retórica contra la oposición, acusándola de "fascista, terrorista y traidora". El gobierno ha ordenado la activación de las Organizaciones de Defensa Integral (ODI), una estructura que combina fuerzas militares, policiales y parapoliciales en una estrategia de militarización que podría agudizar aún más la represión.

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En el ámbito internacional, la situación de Maduro se complica. Mientras sus dos principales aliados en América Latina, los presidentes de Colombia y Brasil, se han desmarcado de su mandato, varios países europeos y latinoamericanos han decidido no asistir a la ceremonia de jura. Entre los que han confirmado su ausencia se encuentran los presidentes de Brasil, Bolivia, Honduras, y varios países de la Unión Europea.

A pesar del aislamiento diplomático, el gobierno venezolano sostiene que no está completamente aislado, aunque admite las sanciones impuestas por Estados Unidos. Venezuela ha resaltado el apoyo de países fuera de la región, como Rusia, Irán y China, como un pilar clave en su estrategia internacional.

En medio de este panorama de creciente represión, tensiones sociales y un panorama internacional cada vez más hostil, el futuro de Venezuela parece estar más dividido que nunca. Según Trepiccione, la situación puede prolongarse por un tiempo, con posturas cada vez más irreconciliables que alimentan la incertidumbre sobre el destino del país.