19/09/2024

Política

Máximo Kirchner mueve sus fichas: el apellido vuelve a ser protagonista

Con un acto en La Plata, el líder de La Cámpora busca reinstalar su apellido en el centro de la política bonaerense, mientras marca distancias con Axel Kicillof, en una interna que promete nuevas batallas.

El escenario está listo. Las luces comienzan a encenderse en el club Atenas, ese espacio cargado de historia donde Néstor Kirchner alguna vez reunió multitudes y donde ahora, su hijo, Máximo Kirchner, pretende reeditar esa mística. No es un acto más, es una jugada cuidadosamente pensada. Este viernes, Máximo será el único orador, y cada palabra resonará en medio de una interna peronista que crece en tensión. El lema elegido, "Armar de nuevo", no es casual. Busca reinstalar el apellido Kirchner en el corazón de la política, superando siglas y liderazgos intermedios, como el de La Cámpora, para reafirmar una identidad propia.

A pocas cuadras de la gobernación bonaerense, el microestadio de Atenas será el epicentro de este nuevo capítulo en la vida política de Máximo. Afuera, pantallas gigantes reflejarán su imagen para aquellos que no logren ingresar. Nadie quiere perderse este momento donde el apellido que alguna vez dominó la escena política argentina vuelve a reclamar protagonismo. No es necesario que su nombre esté en los afiches; el mensaje es claro: Kirchner está de vuelta, y no se necesita más explicación.

El acto no solo apunta a lo interno de La Cámpora, sino también a Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Kicillof, quien recientemente expresó que "hay que mejorar para volver", representa una visión diferente dentro del peronismo. En su acto en Mar Chiquita, el gobernador habló con tono reflexivo, casi distante, sobre la necesidad de corregir errores antes de pensar en un regreso al poder. Sin embargo, Máximo opta por otra narrativa, más directa, más visceral. "Armar de nuevo" no deja espacio para dudas: es tiempo de reconstruir el kirchnerismo desde su raíz, desde su apellido, como si no hubiera espacio para medias tintas.


El líder de La Cámpora se presenta este viernes en La Plata.

Mientras el círculo cercano a Kicillof observa con cautela, el entorno de Máximo difunde el mensaje. Dirigentes locales, legisladores y figuras históricas del kirchnerismo comparten el afiche en redes sociales, preparando el terreno para un acto que promete ser multitudinario. Aunque las tensiones con Kicillof son evidentes, el líder de La Cámpora no busca una confrontación directa. Su apuesta es más sutil: reinstalar la marca Kirchner sin depender de las viejas estructuras, moviendo las fichas del tablero político con precisión quirúrgica.

Pero no es solo Kicillof quien juega su propia partida. Andrés "Cuervo" Larroque, otro de los históricos del kirchnerismo, ha comenzado a hacer lo propio, mostrando fuerza desde su trinchera. Larroque también ha salido a marcar territorio y reforzar su espacio, alimentando una campaña paralela desde su lugar en la provincia de Buenos Aires. Lo que alguna vez fue un grupo de amigos con objetivos comunes, hoy se ha dispersado en diversas líneas de acción. Las veredas separadas en las que ahora se encuentran Máximo, Kicillof y Larroque revelan la profundidad de la interna peronista. Sin embargo, surge una pregunta inevitable: ¿hasta cuándo durará esta separación? ¿Es este distanciamiento una verdadera ruptura o simplemente una estrategia política para forjar un nuevo movimiento de cara a las próximas elecciones?

La relación entre Máximo y Kicillof, una vez cercana, parece estar en un punto de congelamiento. Desde el kirchnerismo, observan con recelo los movimientos del gobernador, apoyado por intendentes clave como Jorge Ferraresi y Otermin. En La Cámpora, algunos ven en Kicillof una amenaza a largo plazo, una figura que podría desplazar a Cristina Kirchner de su centralidad política. Sin embargo, este viernes, Máximo intentará demostrar que, más allá de las internas, el kirchnerismo aún tiene la capacidad de movilizar a las masas y de marcar el rumbo dentro del peronismo.


El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto a Máximo Kirchner.

El acto en Atenas será algo más que una simple reunión de militancia. Será una demostración de fuerza, una reafirmación del legado familiar y un recordatorio de que el apellido Kirchner sigue siendo uno de los más poderosos en la política argentina. Con su imagen en blanco y negro y un mensaje simple pero contundente, Máximo se prepara para reescribir su propio capítulo en la historia, consciente de que cada paso es una jugada decisiva en un tablero político que no da tregua.

La tensión se siente en el aire, y el viernes promete ser un día clave. Mientras algunos se preguntan si Axel Kicillof hará acto de presencia o mantendrá la distancia, lo cierto es que este evento marcará un antes y un después en la interna peronista. Máximo Kirchner ha lanzado su carta, y ahora queda ver cómo responde el tablero político de la provincia de Buenos Aires.

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