Para seducirlo, Milei ofrecerá a Schiaretti la embajada en Madrid

Córdoba juega en su propia liga: sus dirigentes de primera línea nacional, desde el actual gobernador Juan Schiaretti hasta el electo Martín Llaryora, gozan todavía de una inamovible neutralidad de cara al balotaje del 19 de noviembre. Los candidatos Sergio Massa y Javier Milei tienen la vista clavada en el distrito como nunca antes: ambos creen que los números del líder de Hacemos por Nuestro País (HNP) serán los que definan la segunda vuelta. En ese marco, el último de los movimientos para seducir al peronismo provincial presentó el ofrecimiento de una interesante embajada para el mandatario saliente.

Es que de alzarse como presidente el titular de La Libertad Avanza (LLA), Schiaretti prepararía las valijas y el 10 de diciembre mudaría su actividad política a Madrid para desempeñarse como nuevo embajador argentino en España; esto es, si la negociación entre el "León" liberal libertario y el gobernador cordobés llega a buen puerto. Mas aunque la labor diplomática en el país ibérico siempre fue un "deseo" del excandidato de centro, no es seguro que ello sea suficiente carnada para motivarlo a picar el anzuelo.

El proyecto no se condice del todo con la intención de la dupla Schiaretti - Llaryora. Córdoba es una interesante plataforma para lanzarse a por el control del peronismo nacional, terreno del que el gobernador saliente es aún habitué. Por eso hay quien descree del éxito que pueda tener la aventura mileísta: "Me imagino la respuesta negativa al ofrecimiento", señalaron en diálogo con La Política Online. De allí la crítica del massismo, que se resigna por no contar con su apoyo: "Si Sergio pierde por culpa de Córdoba, a estos muchachos no les va a salir barato".

Por lo pronto la dirigencia cordobesa permanece inmutable. Son ciertos los gestos en contra del postulante de Unión por la Patria (UxP), particularmente en boca de Schiaretti, quien días atrás arremetió contra el "desastre económico que viene haciendo el gobierno kirchnerista" y enunció su "categórico rechazo al pretendido juicio político a la Corte Suprema". Pero tampoco resultan menos relevantes las críticas que hiciera oportunamente a Milei, de quien dijo que sus ideas "no se aplican en ningún lado del mundo porque no funcionan".

Tal vez desde España su óptica cambie. Esa es, al menos, la ilusión de los armadores de LLA, que buscan sumar a último momento al gobernador saliente para inclinar a su favor una elección que se plantea a priori sumamente reñida. El movimiento verá luego a Milei llevar adelante su cierre de campaña con un mega acto en la provincia el próximo jueves. En su entorno se esperanzan con los guiños schiarettistas y con los números que arrojan los sondeos electorales en la provincia, sin perjuicio del margen de error que suelen arrastrar.

La guerra por quién es más cordobés ya lleva varios días en disputa. Esta semana, Massa aprovechó su turno para recorrer el distrito de la mano del exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, referente del peronismo del interior y no kirchnerista, así como con numerosos intendentes locales que le brindaron su apoyo. El tigrense también consiguió cosechar respaldos en el Congreso Nacional por parte de representantes de la provincia que ya se expidieron en contra de LLA. La campaña lo llevó incluso a confesar su amor oculto por el cuarteto.

A un lado de Schiaretti, cuya figura aparece hoy distante de UxP -si bien el panorama político argentino resulta altamente volátil las más de las veces-, se ubica a la espera de definiciones el electo Llaryora. Quizás por la negativa del gobernador saliente, el exintendente de Córdoba Capital acabó por ser blanco estos días de una táctica deliberada de parte del oficialismo nacional, que apuesta a ganarse el apoyo suyo y de sus votantes, que representan al 45% del electorado de la provincia.

"Si el 10 de diciembre tengo la responsabilidad de ser presidente voy a llamar al gobernador Martín Llaryora, que es el que eligieron los cordobeses, y le voy a decir: 'Gobernador, armemos la agenda. Córdoba es el corazón de la Argentina. Tenemos cuatro años de trabajo juntos", alentó Massa al cabo de su recorrida por el circuito productivo del distrito. Allí también invocó al fallecido exgobernador local José Manuel de la Sota: "Tal y como él me lo inculcó, voy a ser el presidente que abrace definitivamente a Córdoba para terminar con tantos años de desencuentro".