28/11/2024
La carne vacuna atraviesa su propio laberinto, en parte por el impacto de los precios en el bolsillo de los consumidores, aunque pareciera no ser el único factor, en la medida en que los consumidores han comenzado a diversificar su dieta. Los precios en carnicería crecieron menos del 60% de lo que creció la inflación en el año, y aún así la gente consumió menos carne que hace 28 años. Aunque menos carne no es menos proteína animal, y así lo explicó en un informe el Rosgan donde muestra que el argentino promedio consume más de 100 kilos al año de carnes, entre ella vacuna, de pollo y de cerdo.
Los datos muestran que el consumo de proteína animal
en nuestro país cerrará 2024 cerca de los 106 kg anuales por habitante, lo que
sigue situando a la Argentina en los primeros puestos del ranking de naciones
con mayor ingesta 'per cápita'. Sólo Uruguay parece compartir esta
'afición' por la carne con un consumo levemente inferior. En otro
extremo, Australia sólo consume 27 kilogramos 'per cápita' por año y Chile, 26
kilos por persona. ¿Qué pasó en los últimos años? Un crecimiento meteórico de la
carne aviar, que ya emparejó con la vacuna (42%) y un salto fuerte de la carne
de cerdo, que hasta hace apenas una década prácticamente sólo se consumía en
forma de fiambre.
El
consumo histórico de carne en la Argentina y su relación con las exportaciones
La Argentina siempre fue un mercado con fuerte
apetito por la carne bovina. Para el año 1923, según datos del especialista en
mercados cárnicos Ignacio Iriarte, el consumo mostraba un pico de 93
kilos/habitante/año. En las 2 décadas siguientes (1930/1949) el consumo se
estabilizó en los 75 a 77 kilos, para ascender en los años 1950 a los 92 kilos,
con un pico extraordinario que fue récord histórico, de 101 kilos por habitante
en 1956. Ya para adelante, los números fueron achatándose, aunque según Iriarte
siempre los períodos de fuerte consumo interno estuvieron asociados a períodos
de fuerte contracción de exportaciones. En 1980, se consumieron 77 kilos y en
1990 a los 68 kilos, para bajar a 64 kilos en la década de 2000. Y ya para la
década de 2010 marcó sólo 57 kilos por persona. En los últimos años ha estado
rondando los 50 kilos, y en estos primeros 7 meses del 2024 ya está en 47
kilos, lo que representa más de un 11% de caída en relación igual fecha de
2023.
Llama la atención que, por el contrario, el consumo de pollo apenas se contrajo un 2% en este 2024, e incluso el de cerdo marcó un ligero crecimiento.'A pesar de ser la proteína cuyo precio se encuentra más atrasado contra inflación, la carne vacuna es la que mayor caída presenta en términos de consumo aparente en el último año', afirmó el Rosgan en un informe reciente.
Los
precios de la hacienda corren muy por detrás de la inflación
Según un informe elaborado por el Instituto de
Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, durante este año, los
valores de la hacienda al productor y la carne al consumidor se han disociado
del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Entre diciembre de 2023 y octubre de
2024, el precio de la hacienda aumentó, en promedio, un 41%, y el de la carne
al consumidor un 59%, mientras que el IPC registró un incremento del 107%. Este
comportamiento se profundizó aún más en octubre, cuando los valores de la
hacienda mostraron una evolución negativa: el novillo de consumo cayó un 0,6% y
el ternero de cría un 5,6%.
'En nuestras recorridas por todo el país,
acompañando a los productores, hemos escuchado su preocupación por las
cotizaciones de las diferentes categorías bovinas. Este es un denominador común
en las diferentes regiones', expresó Nicolás Pino, presidente de la
entidad.
Precios
de la hacienda en relación con la inflación en 2024
Por su parte, Carlos Odriozola, coordinador de la
Comisión de Carnes de la SRA, sostuvo: 'Las estadísticas reflejan claramente el
retraso de los precios, lo que genera falta de certidumbre en la planificación
de las inversiones por parte de los productores'. Cabe
mencionar que, este escenario interno se está dando con una exportación activa
y creciente debido a la demanda internacional y las medidas que se adoptaron
como eliminaciones de retenciones y desregulaciones internas. Por
último, el informe de la SRA explica que, el precio actual de la hacienda en
pie se encuentra un 18% por debajo del promedio de los últimos quince años, en
términos reales.
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