Quién fue Eduardo Pironio, el cardenal argentino declarado beato por el Papa Francisco

El Papa Francisco autorizó en las últimas horas la beatificación del cardenal argentino Eduardo Pironio, un presbítero alguna vez considerado "papable" y a quien se le atribuye un milagro por la curación sin explicación científica de un bebé de un año y tres meses de edad que en 2006 logró superar un cuadro de coma profundo luego de que sus padres rezaran a una estampa con la figura del obispo bonaerense.

La ceremonia de beatificación aprobada este miércoles por su compatriota Jorge Bergoglio se realizará en Luján antes de fin de año, informaron a Télam fuentes del Vaticano, que enviará como representante del estado al cardenal español Fernando Vérgez Álzaga, titular de la Gobernación del territorio y quien fuera secretario de Pironio durante 23 años.

El reconocimiento se produjo luego de que la Santa Sede reconociera la intercesión de Pironio en la curación sin explicaciones científicas de Juan Manuel Franco, un bebé de 15 meses que en 2006 sufrió una grave intoxicación tras aspirar por error el contenido de un recipiente con purpurina, una sustancia que integra pedazos de plástico y metales, lo que lo indujo en un coma profundo.

Mientras permanecía internado, sus padres rezaron por trece días a una estampita del cardenal Pironio que les había sido obsequiada por parte de un sacerdote de la parroquia de San Antonio de Padua. Al cabo de ese tiempo, el niño despertó sin presentar rastros de elementos tóxicos en su sangre ni ninguna otra secuela por el episodio.

En base al suceso, en 2006 se declaró al futuro beato como "siervo de Dios", y en febrero de 2022 el Papa Francisco lo autorizó como "venerable" al distinguir sus "virtudes heroicas". En tanto, tras el examen del suceso por parte de la comisión médica del Dicasterio para las Causas de los Santos, el organismo de la Iglesia Católica consideró que la curación escapa al orden de las causas naturales, lo que se utilizó como prueba para su beatificación.

Pironio nació en la localidad de 9 de Julio, en la Provincia de Buenos Aires, en el año 1920. Era el más joven de una familia de 22 hermanos. Durante su trayectoria en la institución eclesiástica, se convirtió en el primer latinoamericano en desempeñar un cargo en la Curia Romana. Además, fue uno de los fundadores de la teología basada en la doctrina social de la Iglesia.

En la Argentina, el presbítero fue perseguido en los años '70 por quienes lo consideraban demasiado cercano a la Izquierda. Ante ello, el Vaticano lo convocó a Roma para ser prefecto de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada, y luego presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, cargo en el que fue nombrado por el entonces Papa Juan Pablo II.

Durante sus funciones, el obispo fundó las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se realizan en la actualidad de manera trianual y con la presencia del Papa. En el marco de esas actividades llegó a acompañar al entonces Sumo Pontífice Juan Pablo II en su visita a Buenos Aires en 1987.

En 1976, Pironio se convirtió en cardenal, y su labor lo llevó incluso a ser ponderado como "papable" en los dos cónclaves que se realizaron en 1978, donde terminaron siendo electos como Sumos Pontífices Juan Pablo I y, luego de su repentino fallecimiento, Juan Pablo II.

Junto a ello, sus tareas en Latinoamérica como Secretario General y luego como Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) le otorgó un rol destacado en la región, donde tuvo participación activa en las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992).

Pironio falleció en el Vaticano en 1998, a sus 77 años. Para entonces gozaba de gran prestigio e influencia en la Santa Sede y en la Argentina, tanto por su legado en la actividad de Iglesia como por su aparente proximidad a la sucesión de Pablo VI y Juan Pablo I, razón por la que se lo consideró "el eclesiástico argentino más encumbrado de la historia". En el quinto aniversario de su muerte se dio comienzo a su proceso de beatificación.