Reportan un nuevo foco de incendio en Córdoba

Este sábado se desató un nuevo incendio en la localidad de San José de la Dormida, en Córdoba, que se sumó a los focos ya activos en Chancaní y Berrotarán, en un contexto agravado por las adversas condiciones climáticas.

El incendio en San José de la Dormida se encontraba a unos cuatro kilómetros del centro del pueblo, donde los bomberos trabajaban intensamente para contener las llamas. Las autoridades locales advirtieron que la zona está en "alerta máxima", y la policía debió interrumpir el tránsito en la ruta debido a la poca visibilidad causada por el humo.

San José de la Dormida, situada en el departamento Tulumba, es una localidad de aproximadamente 6.000 habitantes, ubicada a unos 125 kilómetros de la ciudad de Córdoba.

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Este nuevo foco se sumó a los incendios que ya afectaban a Chancaní, en el departamento Pocho, y a Berrotarán, en Río Cuarto, donde las altas temperaturas y los vientos contribuyeron a la reactivación de las llamas.

Por otro lado, la Secretaría de Gestión de Riesgo del Ministerio de Seguridad informó que el incendio en Quebrada de la Mermela mostraba escasa actividad, mientras que en Villa Berna se mantenía una guardia de cenizas para evitar nuevos brotes.

Humo. El panorama en Córdoba fue complicado durante las últimas semanas, en las que proliferaron los incendios forestales.

En las últimas semanas, la provincia de Córdoba ha enfrentado una serie de incendios forestales que afectaron diferentes localidades, agravados por la sequía, las altas temperaturas y los fuertes vientos. Estos factores han creado un ambiente extremadamente propicio para la rápida expansión del fuego, lo que ha generado múltiples focos en diversas zonas de la provincia.

Además de los incendios recientes en San José de la Dormida, Chancaní y Berrotarán, otros puntos de la geografía cordobesa también han sido golpeados. La zona serrana ha sido particularmente vulnerable, con siniestros registrados en áreas como La Cumbre, Villa Carlos Paz y Cosquín. En algunos casos, las llamas obligaron a la evacuación de vecinos, mientras que en otros se reportaron importantes pérdidas de vegetación y fauna autóctona.

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El Sistema Provincial de Manejo del Fuego ha trabajado a contrarreloj, junto a cientos de bomberos voluntarios, para sofocar las llamas en medio de condiciones climáticas desfavorables. En algunos sectores, se logró controlar los incendios solo después de varios días de intensa labor.

Este panorama pone en riesgo no solo a las comunidades cercanas a los focos, sino también a la biodiversidad local. Las autoridades han reforzado los llamados a la población para evitar cualquier actividad que pudiera iniciar un incendio, ya que la mayoría de estos eventos se deben a la acción humana, sea intencional o accidental.