03/01/2025
La inversión del gobierno de Javier Milei en los planes de ayuda a los sectores más vulnerables de la sociedad cayó 21,5% en los primeros once meses del año y es especialmente más dramática la situación de los beneficiarios de planes como el Potenciar Trabajo y la Tarjeta Alimentaria, donde el recorte supera el 30%, según un trabajo de análisis del gasto primario al que accedió Mundo Poder.
Los fondos destinados a los
programas Asignación Universal por Hijo (AUH) para las familias sin empleo
formal, y Asignaciones Familiares, para los trabajadores formales, crecieron
este año 5% en términos reales respecto de lo que se desembolsó en 2023. En
montos, fueron $5,7 billones el año pasado y $6 billones este año.
El Gobierno sostiene sobre ese
dato que aumentó la ayuda a las familias con necesidades básicas insatisfechas
por efecto del brutal ajuste que llevó adelante desde el inicio la gestión de
Javier Milei, con una devaluación del 54% que disparó a más del doble el valor
del dólar y generó una inflación de 25% el primer mes, 20% el siguiente y 166%
a lo largo de la gestión.
Sin embargo, cuando se consideran los fondos invertidos en otros programas sociales, como el Potenciar Trabajo, la Tarjeta Alimentar y los subsidios de ANSeS, como el bono que reciben jubilados de la mínima, en el consolidado se muestra el nivel de ajuste a precios constantes, es decir, actualizando los valores pasados con la inflación registrada por el Indec para cada período.
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En esos programas, la inversión
cayó desde $14 billones a $9,5 billones, es decir un ajuste de 32,3% entre el
acumulado de once meses de 2023 frente a los once meses de 2024. En la
consolidación de esos programas sociales, el ajuste fue de 21,5%, al caer desde
$19,7 billones de los primeros once meses del año pasado a $15,5 billones en el
mismo período de este año.
La existencia de una diversidad
de programas sociales estuvo siempre pensada para dar mayor capilaridad a la
acción del Estado, llegando a cada persona o familia según sus necesidades,
tanto por las características geográficas como sociales del lugar donde
habitan. La excepción es el gasto en prestaciones del PAMI, donde este año se
ejecutó $5,8 billones mientras el año pasado fueron $5,9 billones, mientras se
pagaba un subsidio extra a los jubilados de la mínima de $10.000 mensuales en
el último trimestre. En esta área hay un efecto notorio de menores prestaciones
médicas y reducción o eliminación de medicamentos gratis, mientras aumenta el
costo, lo que podría indicar el desvío de fondos hacia prestadores o
laboratorios que encarecieron sus servicios por encima de la inflación.
El Gobierno quiere terminar con
esa lógica y solo atender a los sectores en situación de pobreza extrema de
acuerdo a los planteos insistentes de los organismos internacionales, como el
Fondo Monetario Internacional, que le exige compensar los daños sociales del
ajuste económico. Con ese fin, la ministra de Capital Humano, Sandra
Pettovello, anunció este viernes que pondrá en marcha un rediseño integral de
la política social que incluirá la creación de Centros de Familia, donde la
población vulnerable deberá acudir a pedir asistencia directa.
Pettovello anunció también un
sistema de vouchers para que chicos sin recursos económicos puedan asistir a
clubes o instituciones de barrio para realizar actividades extraescolares,
desconociendo el entramado de clubes de barrios que son gratis. El gasto
primario total en lo que va del año descendió desde $128 billones a $91,5
billones, siempre medidos a precios constantes, lo que implicó una reducción de
28,5% año contra año. En ese recorte en notorio tanto en el pago de los
salarios a los empleados públicos como de las jubilaciones y pensiones a través
del Anses, donde los recortes fueron de casi veinte puntos.
Los fondos para salarios cayeron
desde $16,4 billones a $13,4 billones, en parte por el despido de decenas de
miles de empleados públicos como por aumentos salariales que estuvieron por
debajo de la inflación. En el caso de las jubilaciones, los recursos destinados
cayeron de $41 billones el año pasado a $33 billones este año, lo que
representó un ajuste de 19,5% en promedio, siendo mayor para los pasivo que
perciben la mínima ya que no se actualizó el bono dfe $70 mil que cobran mensualmente
este año.
El desfinanciamiento a las
Universidades Nacionales se expresa en un recorte de 22% de los fondos, al
recibir $3,2 billones, un billón de pesos menos que el año pasado y el menor
valor histórico por lo menos desde las estadísticas de 2016 que analiza el
trabajo al que accedió El Destape. En subsidios al transporte el ajuste también
fue de un billón de pesos, al pasar de $3,2 billones a $2,2 billones y en la
energía fue mayor, donde se recortó uno de cada tres pesos para quedar en $6,8
billones este año.
De todos los ajustes llevados
adelante por la gestión de Javier Milei sobre el conjunto de los argentinos,
docentes, científicos, médicos, enfermeras, policías, beneficiarios de planes
sociales, trabajadores estatales etc, los mayores recortes sin embargos se
registran en la concreción de obras públicas, afectando a todos los argentinos
en una relación de a mayor necesidad, mayor recorte. De $11,2 billones
ejecutados en obras públicas en todo el territorio nacional, se cayó al
simbólico desembolso de $2,4 billones.
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