08/01/2025
Por
Matías Frati
Sin demasiadas apariciones Milei consiguió que el riesgo país bajara, los mercados le dieran señales de futuras inversiones, las tarjetas se pongan en línea con los comercios para empezar a cobrar en dólares y consiguió -por traslación- que se juntaran Pablo Moyano y Sergio Palazzo para reflotar un plan de lucha nacional contra el modelo. Señales de un 2025 bisagra para la economía con una fuerte tendencia a que la política juegue un rol súper importante.
Muchas son las novedades que arroja enero, a pesar de ser el inicio del año y que, para muchos, podría considerarse un mes "tranquilo". Sin embargo, los más memoriosos pueden dar fe de que enero siempre fue un mes de cambios profundos en nuestro país -cuando los hubo- y que, por ejemplo, conllevó a devaluaciones o cambios de signos monetarios.
Por estas horas no se discute nada de ello. Lo más cercano a aquellas conversaciones de café podría ser la posibilidad de que las tarjetas empiecen a funcionar de manera bimonetaria para el pago de productos y y servicios. Tal vez no sea demasiada noticia, porque es un hecho que actualmente ya funciona así. Pero lo que cambia es que este mes se va a disponer una resolución para que los comercios puedan vender sus productos en moneda extranjeras exhibiendo los precios en la divisa que opten. Seguramente será el dólar.
Concretamente, se derogaría la resolución 7/2002 de la Secretaría de la Competencia, la Desregulación y la Defensa del Consumidor, que establecía que los precios en dólares debían mostrarse en caracteres menos destacados que los precios en pesos. La modificación, que permitirá exhibir precios en pesos y dólares en igualdad de condiciones, busca facilitar las operaciones comerciales, en especial en sectores que ya operan de manera informal en dólares, como el mercado inmobiliario y automotor.
Desde el Gobierno reiteraron que, en breve, no habrá una obligatoriedad en la elección de moneda. De esta forma, tanto compradores como vendedores tendrán la libertad de acordar en qué tipo de cambio realizar la operación. En ese marco, las tarjetas podrán debitar directamente de la cuenta en pesos o en dólares del cliente. Las tarjetas emisoras, Visa y MasterCard, afirman que ellos ya tienen todo listo para que esto ocurra.
Un mundo en blanco y negro
Mientras una parte de la Argentina parece discurrirse en un universo de colores al estilo Disneylandia, otra porción discute como afrontar el mal momento que pasan. Esta podría ser la situación de coyuntura que ha llevado a la reunión entre el líder camionero Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, con el titular de La Bancaria y diputado nacional de Unión por la Patria, Sergio Palazzo.
A "kilómetros" de distancia de la conducción de la CGT, Moyano intenta armar una línea paralela y más "combativa", para compensar la voz que los trabajadores no están teniendo en las estructuras tradicionales del movimiento obrero. El camionero abandonó la conducción tripartita de la CGT meses atrás, ante la negativa que le dieron los socios de la mesa sindical a su propuesta para llevar adelante un paro nacional para finales del año pasado.
Como en los años noventa lo hiciera su padre, con la vieja línea del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) que le discutió el poder en la calle a la CGT oficialista que por entonces compartía escenarios de poder con el gobierno de Carlos Menem y se confundía en abrazos con la Unión Industrial Argentina, ahora Pablo Moyano va a intentar confluir con Palazzo en el armado de esa nueva vieja idea internista, que seguramente intentará poner en acción, también, a las 62 Organizaciones Peronistas, el brazo gremial del peronismo.
Actualmente, la nueva versión de todo aquel esquema paralelo de poder dentro de la CGT es el Frente Sindical para el Modelo Nacional, en el cual abrevan ambos dirigentes sindicales y se muestran como los referentes máximos. Y no es un dato menor que sus gremios son fuertes en dos áreas hipersensibles de la economía: la logística y los bancos. Ni más, ni menos.
Alineando planetas
Lejos de los conflictos propios de la política nacional, los mercados le sonríen a la Argentina. Desde el comienzo del año se consolida la tendencia del 2024 y se afirman las chances de que el país empiece a resolver sus desequilibrios. Con una macroeconomía en orden, ahora es momento de que "la diaria" empiece a aparecer.
Datos elocuentes: el Gobierno ya tiene los dólares para el vencimiento de deuda que tiene que afrontar en el primer tramo del año y para el compromiso fuerte que se viene a mediados del 2025 hay varias posibilidades: disponer del ingreso que va a empezar a liberar el campo cuando liquide exportaciones a partir del segundo trimestre y renegociar el vencimiento con un riesgo país que se encamina a estar en los 400 puntos básicos. El martes 7 estuvo en 444 pp aunque fue un error de JP Morgan, que luego corrigió y lo ubicó en 561 pp, pero todo indica que esta desaceleración del indicador le permitiría al Ministerio de Economía negociar para obtener una tasa de interés muy acomodada para las necesidades del Banco Central de la República Argentina y sin el apuro de tener que sacrificar reservas.
"La profundización en la caída del riesgo país se da en la semana del pago de cupones y amortizaciones de (bonos) Globales y Bonares el jueves, tras la cual creemos que parte del flujo podría ser reinvertido en los mismos bonos, impulsando aún más la compresión de 'spreads'", dijo el economista jefe del Grupo SBS, Juan Franco.
A todo esto, los inversores miran con expectativas ciertas el contexto general de la Argentina. Aunque siguen existiendo interrogantes como la situación política y la demanda social de mejora del salario, esas situaciones también conviven en otros lugares del mundo y no por ello se frenan los negocios. La hora de la verdad ha llegado, es ahora en 2025 o quizás haya que esperar muchos años para ver como se alinean otra vez los planetas.
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