El conflicto en el subte entre Horacio Rodríguez Larreta y la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP – Metrodelegados) tiene una larga historia, donde los sindicatos han demostrado el poder que tiene cortando el servicio y el Gobierno porteño ha demostrado la falta de “muñeca política” por nunca poder evitar las medidas de fuerza.

La importancia de la red de subtes es evidente, ya que según el sindicato son más de 900 mil usuarios por día los que eligen viajar por las diferentes líneas que claramente se quedaron cortas desde hace rato. La Ciudad tiene como caballitos de batalla para justificar su gestión en el subte la construcción de la tan esperada Línea F que haría el recorrido desde Plaza Italia hasta Constitución y que transportaría por día a 600 mil personas, la Nueva Central Obelisco que combinará las líneas B, C y D y la renovación de la Línea E.
Sin embargo, Larreta no ha podido nunca llegar a un pacto de paz con los sindicatos que nuclean al subte, ya que en reiteradas ocasiones le han cortado el transporte de diferentes maneras que han perjudicado a los usuarios y colapsado la circulación en la Ciudad. Desde paros sorpresivos con el cierre de líneas enteras hasta el levantamiento de molinetes, los sindicatos se las han ingeniado para que los usuarios no los vean como sus enemigos.
El cansancio de los que utilizan las líneas es notorio, ya que en muchas ocasiones se han quejado de los gremios y pocos han puesto el ojo en el jefe de gobierno porteño, que se ha excusado con que “el diálogo” es la solución para resolver el conflicto y que los sindicatos no respetan ese acuerdo.

Es importante destacar que una de las soluciones que había encontrado el gobierno porteño para evitar más conflictos era el de llamar a una licitación internacional y sacarle la concesión a Metrovias. En febrero de 2018, se hizo a través del Boletín Oficial el llamado para que empresas nacionales e internacionales disputen el manejo del subte hasta el 2031. En aquel momento, Metrovias y dos empresas francesas, RATP Dev Argentina S.A. y Keolis S.A./Helport S.A., realizaron las presentaciones y fueron aprobadas para participar.
Luego de 25 años de estar a cargo del servicio del subte, Metrovias se enfrentaba a una situación crítica para su directorio y hasta se habían realizado una serie de cambios de los contrarios anteriores que había cerrado la empresa. Este nuevo acuerdo era para tener la concesión del subte por 12 años con prórroga de 3, en comparación del ya firmado por la empresa, que era de 20.
En cuanto al conflicto que se venía con los trabajadores del subte por temor a despidos masivos, el nuevo operador debía absorber la persona en relación de dependencia, como también realizar el mantenimiento y gestiones de estaciones, infraestructura y material rodante, mientras que la empresa estatal Sbase sería la que defina la tarifa del usuario.

Desde que comenzaron los trámites hasta que terminaron, el sindicato de subtes realizó una serie de paros sorpresivos y manifestaciones que terminaron espantando a las empresas internacionales, quedando solo Metrovias como única oferente. Pasó la lógica, Metrovias volvió a ganar la concesión del subte y hasta hoy el conflicto sigue siendo el mismo de siempre, aumento de salarios, horas laborales y la incorporación de un día más de descanso.
En las últimas horas, AGTSyP – Metrodelegados confirmaron un nuevo paro de subtes que se llevará a cabo este lunes de las líneas A y H de subtes desde las 5.30 hasta las 7.30. La misma medida ya se había tomado días anteriores en las otras líneas y el pedido que realiza el sindicato es “la reducción de la jornada laboral para tener dos francos para disminuir la exposición al asbesto”.
La medida afectará a todo el transporte de la Ciudad, ya que los usuarios que utilizan esas líneas deberán utilizar el resto de las opciones. A pesar de los años que han pasado, el presupuesto que se ha volcado y las reiteradas reuniones entre las dos partes, el subte sigue siendo una disputa de poder y en medio de ese tire y afloje quedan los usuarios que no pueden llegar a sus trabajos o que directamente no pueden llegar a sus casas.