Dos años después del hecho, Andrea Ferreyra (51) fue declarada culpable y condenada a prisión perpetua
por el homicidio de un hombre durante un encuentro con fines sexuales.
Ferreyra fue condenada a prisión perpetua por el crimen de un peluquero en la ciudad de Córdoba encontrado en el local comercial
por su propio padre, desnudo, tirado en el suelo y con un cable alrededor del cuello.
La Cámara del Crimen de Primera Nominación determinó que Andrea Ferreyra es culpable del delito de “robo agravado por la participación de una menor y homicidio calificado criminis causae", en perjuicio de Paulo César Micolini (41).



Según el expediente, en la tarde del 3 de marzo de 2019 el cadáver de Micolini fue encontrado por su padre,
en el interior de la peluquería ubicada en barrio Paso de los Andes de la capital de Córdoba.
El cuerpo estaba desnudo, con un cable atado al cuello y con lesiones de ataduras en las muñecas de sus manos, y las pericias determinaron que había muerto asfixiado.
Según se demostró, Micolini había estado con Andrea Ferreyra y su sobrina adolescente de 17 años al momento del hecho, a quienes había conocido unas horas antes en un bar y luego fueron al local de la peluquería donde fue hallado sin vida.
Ferreyra había alegado en el juicio que la muerte fue un accidente y que sucedió durante un acto sexual, al sostener que junto a su sobrina realizaban servicios sexuales.
Sin embargo, en la autopsia hallaron heridas en las manos de la víctima que confirmaron que se defendió del ataque con el cable con el que finalmente fue asesinado.
El tribunal concluyó en que el móvil del crimen era el robo, en tanto remitió las actuaciones a la Justicia de Menores para que investigue la responsabilidad penal de la sobrina, quien era menor de edad al momento del hecho.