Diego Alfredo Aliaga se encuentra desaparecido desde el pasado 28 de julio cuando fue visto por última vez saliendo de su casa, en la zona de Palmeras, junto a una mujer, con la supuesta intención de ver un terreno para un negocio. Aliaga había integrado cinco empresas desde mediados de 2004 en la capital de Mendoza de acuerdo a su perfil comercial y a sus entradas en Boletín de la provincia. Luego, se convirtió en el co-titular de diversas firmas dedicados al rubro del vino y al comercio exterior con un puñado de socios.



Bajo las órdenes del fiscal federal Fernando Alcaraz, se realizó un allanamiento en el barrio privado Dalvian, donde se detuvo a un hombre señalado como socio de Aliaga, identificado como Diego Barrera, con quien se dedicaba a comprar terrenos. Hombre que también cuenta con antecedentes por robo a mano armada, amenazas y presentar falsas denuncias. En dicho procedimiento, la policía secuestró computadoras, teléfonos y una serie de vehículos de alta gama como una camioneta Porsche Cayenne, un Chevrolet Camaro propiedad de Aliaga, una camioneta Chevrolet 4×4 importada, un Chevrolet Celta y una moto para investigar si hay huellas del empresario desaparecido.



De acuerdo a la investigación se pudo identificar que Barrera tenía la tarjeta de Aliaga para ingresar al barrio privado donde vivía y conducía la camioneta de su socio. Entró a la casa de la víctima y se quedó allí por una hora. Luego, los familiares del empresario encontraron toda la vivienda desordenada y aseguraron que faltaban algunos objetos de valor. Fuentes de la Justicia federal aseguran que la familia de Aliaga recibió un llamado extorsivo con un pedido de un millón de dólares, lo que constituiría un secuestro extorsivo y le dio competencia al fiscal Alcaraz.
Dos son las hipótesis que se manejan de este caso: La primera apunta a un crimen violento, y la segunda, a que Aliaga haya huido al norte del país. Cabe mencionar que las negociaciones por el rescate no fueron retomadas, algo totalmente atípico para un secuestro extorsivo en caliente con una víctima “guardada”.