Todo comenzó con una solicitud de amistad en la red social Facebook. Olivia Martens, oriunda de Costa de Marfil, quiso contactarse con Claudio Formenton, un italiano de 67 años que se dejó llevar y le dio rienda suelta a una aventura que nació como una historia de amor por redes y terminó como la peor pesadilla
.

De acuerdo con lo que trascendió en los medios locales producto de la investigación que todavía sigue en curso, Formenton, empresario dedicado al procesamiento del mármol, atendió la solicitud de Martens y recibió con gusto la invitación de viajar al país africano. La mujer requirió de su asistencia financiera, pero el hombre se negó, aunque sí aceptó ir a visitarla.
LEE MÁS: Sin luz y con calor: piden a las industrias que reduzcan la demanda energética
Claudio llegó a destino el pasado 27 de noviembre de 2021. Previamente, le informó a su familia que viajaría al país africano con el propósito de colaborar con los voluntarios de la comunidad misionera de Villaregia. Nadie sospechaba del verdadero motivo del viaje. Ese día, Formenton fue recibido en el aeropuerto de Abiyán por un hombre que llevaba un cartel en el que se leía su nombre y apellido. El empresario se confió, y pensó que Martens le había facilitado un taxi para que su llegada al país fuese más amena. Pero allí comenzó su calvario.
El empresario fue trasladado a un hotel en la ciudad de Bonoua y encerrado en una habitación donde permaneció tres días incomunicado. La policía local logró dar con esta banda delictiva y liberaron a Formenton luego. Gracias a la investigación que encabezó la Fiscalía de Roma se pudo saber que, previo a su rescate, el hombre estuvo cautivo en un bosque, encerrado en una guarida
. Por su parte, las autoridades marfileñas pusieron en marcha la búsqueda tras la denuncia de la familia de Formenton en Italia. Ellos manifestaron que no sabían nada de él desde hacía 72 horas.
Luego, el veneciano fue sometido a un test de COVID-19. Al confirmarse su resultado negativo, pudo reencontrarse con su familia. Tanto él como sus íntimos agradecieron al cuerpo de Carabinieri, a la Unidad de Crisis de la Farnesina y al abogado de la familia, Stefano Marrone, quien siguió al detalle la investigación.
Las autoridades italianas sospechan que Martens no existe, de hecho creen que la “relación virtual” entre ambos fue protagonizada por una banda de secuestradores que buscaban quitarle dinero
. Por estas horas se investiga si otros ciudadanos italianos o europeos cayeron en la misma trampa.