El hecho ocurrió en uno de los cajeros del banco Santander ubicado sobre la avenida Callao 692, esquina Viamonte, donde un hombre olvidó la tarjeta de débito, que luego fue encontrada por un cliente, que se la entregó al vigilador de la sucursal sospechando que quedaría en “buenas manos” y podría ubicar al dueño de la misma. Sin embargo, el vigilador ahora está imputado por el delito de estafa a través de medios electrónicos.

El imputado es un hombre de 23 años, empleado de la empresa de seguridad Prosegur. Está acusado de haber copiado los datos de la tarjeta para sustraer de la cuenta 65 mil pesos en siete transferencias. La víctima del delito se dedica a la abogacía y presentó una denuncia por movimientos extraños en su caja de ahorro que dio paso a una investigación en conjunto a la Fiscalía 30 de Marcela Sánchez y del Juzgado 5 de Manuel de Campos, ambos del fuero criminal y correccional.
Respecto a la denuncia, y en cuanto a la reconstrucción de lo sucedido, se evidenció la intervención del empleado de seguridad: “El custodio se retiró con la tarjeta a alguna de las oficinas, pero después regresó al salón y la colocó en un cajero para que la terminal la trague y de esa forma no despertar sospechas, pero creemos que en el tiempo que la tuvo en su poder copió todos los datos para poder después hacer el fraude”.

La fiscal Marcela Sánchez ordenó el allanamiento de la casa del hombre, situada en la avenida Asamblea al 1500 en Parque Chacabuco, y la detención del sospechoso. Los agentes de la División Fraudes Bancarios de la Policía de la Ciudad secuestraron una computadora, una tablet, dos celulares y documentación de la empresa de seguridad y vigilancia. Los dispositivos electrónicos serán peritados por orden del juez para saber si desde allí realizó las transferencias. La carátula provisoria es infracción al artículo 173 inciso 15 del Código Penal que castiga con prisión de un mes a seis años.