Formalmente, el Gobierno nacional determinó ampliar el temario de proyectos a tratar en las sesiones extraordinarias del Congreso, e incluyó a la denominada “Ley Lucio”. De esta manera, en caso de ser aprobada, la iniciativa promoverá la creación del “Plan Federal de Capacitación de carácter continuo, permanente y obligatorio, en derechos de los niños, niñas y adolescentes”, que procura capacitar a los agentes de instituciones públicas para detectar indicios de violencia familiar.

A través del decreto 45/2023, publicado en el Boletín Oficial, y con la firma del presidente Alberto Fernández, quedó ampliado el temario de las sesiones. Asimismo, en el artículo 1° solicita que el tema sea tratado por el “Honorable Congreso de la Nación”. Así, se establecerá un plan de capacitación de funcionarios públicos para actuar en situaciones de violencia contra menores.
Cabe recordar que este proyecto había sido sancionado por 228 a favor en la sesión del 9 de noviembre del año pasado. Establece la capacitación obligatoria en materia de derechos de la infancia y violencias contra niñas, niños y adolescentes para todas las personas que se desempeñen en la función pública en cualquiera de sus niveles y jerarquías, tanto en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El oficialismo tiene como finalidad que la iniciativa también sea aprobada en el Senado.
Por su parte, algunos de los principios fundamentales de la ley son velar por el respeto de la Convención de los Derechos del Niño, incorporada a la Constitución Nacional y por las disposiciones de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. También busca promover los espacios y metodologías necesarias para garantizar el derecho a ser oídos de las niñas, niños y adolescentes en todos los procesos administrativos y judiciales.
Lucio Dupuy fue asesinado en noviembre de 2021 en su casa de La Pampa. Por el crimen están siendo juzgadas su madre, Magdalena Espósito, y la pareja de la mujer, Abigail Páez, quienes están acusadas de “homicidio calificado y abuso sexual gravemente ultrajante”. El médico forense que revisó el cuerpo, Juan Carlos Toulouse, sostuvo que en sus 27 años de trayectoria nunca había visto algo así. Descubrió que el pequeño había sido abusado sexualmente, golpeado hasta ser fracturado, mordido y quemado con cigarrillos. Murió por una hemorragia interna, producto de las agresiones.