La pandemia coronavirus sigue haciendo estragos en todo el mundo, y Bolivia no es una excepción. El país sudamericano está atravesando su peor momento ante la emergencia sanitaria, tanto así que en los últimos días comenzaron a circular por las calles un servicio de crematorio a domicilio.



Este insólito servicio se implementó debido al colapso de hospitales y funerarias que, según informan desde la prensa local, en las ciudades más afectadas pueden observarse los cadáveres en calles
. Por esta razón fue que empresarios locales determinaron como resolución la creación de hornos para realizar servicios de cremación móviles.
Los primeros modelos de este novedoso artilugio pudieron observarse en La Paz. “Es un equipo autosuficiente, el horno trabaja con una garrafa doméstica, tiene su propio generador del tiempo de cremación. En tanto esta tarda entre 50 y 70 minutos, dependiendo del tamaño y el peso del cuerpo. El costo del horno es de 27.500 dólares“, indicó el ingeniero Aldo Miserocchi.
A diferencia de este, otros hornos portátiles pueden llegar a valer entre los 45.000 y 75.000 dólares, según el grado de automatización. Detalló a su vez que, dependiendo del peso y del tamaño de la persona, el horno puede cremar hasta 12 cuerpos por día, y una vez concluido el proceso, las cenizas caen en un molino que luego debe ser retirado. Tiene una dimensión de cinco metros de largo por tres de ancho.
Por su parte, Carlos Ayo, uno de los responsables del proyecto, sostuvo: “Este es un emprendimiento de varios empresarios privados, cuatro ingenieros que hemos puesto todo el empeño en buscar una solución para la falta de capacidad de los cementerios, donde hay dolor y conflictos por la falta de espacios en los lugares asignados a la víctimas de la pandemia“.



Asimismo, el ingeniero sostuvo que la principal intención es proveer los aparatos a los gobiernos municipales y empresas funerarias cuya capacidad se vio colapsada por el coronavirus
. “Hay muchos cadáveres cada día en las calles, y los hospitales y las funerarias ya no dan abasto. La gente nos pide directamente el servicio de cremación, pero eso no lo hacemos, nosotros fabricamos los hornos y se lo ofrecemos a los cementerios y funerarias para que puedan trasladarlos a cualquier parte“, explicó.
Por último, Ayo aseguró que los hornos cumplen con todas las normas de bioseguridad requeridas y que para su utilización se precisan dos garrafas de gas licuado de petróleo, cada una con capacidad de 10 kilogramos. “Esperamos que las autoridades apoyen esta iniciativa y permitan su uso extendido para facilitar las tareas de una correcta disposición de cadáveres“, concluyó.


